¿Quiénes son los gitanos rumanos con los que el Papa se reúne este domingo?
El último acto oficial del viaje de tres días del papa Francisco al país balcánico
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Los gitanos rumanos serán este domingo protagonistas del último acto oficial del viaje de tres días del papa Francisco al país balcánico.
Antes de regresar a Roma, Francisco se reunirá con miembros de la minoría gitana en la ciudad transilvana de Blaj, donde el Santo Padre también beatificará a siete obispos greco-católicos rumanos asesinados por el régimen comunista.
¿Quiénes son los gitanos de Rumanía? ¿Cuáles son las señas de identidad de esta comunidad colorida y vibrante que a menudo se conoce en Europa por sus estereotipos más negativos?
Al igual que sus hermanos del resto de Europa, los gitanos de la actual Rumanía son descendientes de quienes llegaron al viejo continente procedentes del norte de India a partir del siglo XII.
Su historia en buena parte del continente está marcada por su uso como esclavos por las élites locales y la exclusión tanto de los censos como de las ciudades.
En Rumanía, los gitanos fueron también víctimas durante la II Guerra Mundial. En 1942, más de 25.000 gitanos rumanos fueron deportados a la región de Transnistria por órdenes del Mariscal Antonescu y de ellos más de 11.000 murieron de enfermedades o ejecutados por los soldados rumanos o sus aliados nazis.
Según el último censo (2011), en Rumanía hay actualmente más de 600.000 gitanos, que representan alrededor de un 3 % de la población del país. Esta cifra, sin embargo, podría ser mucho más alta, pues muchos evitan declarar su pertenencia a esta etnia aún estigmatizada en la sociedad rumana.
Pese a la escasa simpatía que le merecen al rumano medio, los gitanos del país balcánico son parte activa y bien visible en el tejido social del país.
Una de las manifestaciones culturales en las que más destacan es la música. El clan de los 'lautari' (músicos populares) sigue dando músicos muy apreciados y de gran caché en bodas, fiestas y todo tipo de celebraciones familiares tanto de gitanos como de payos.
La música de los 'lautari' ha dado asimismo un nuevo género de música contemporánea, el tan popular como denostado 'manele'.
Esta especie de "reguetón rumano" vetado en las mismas teles y radios comerciales que sí transmiten hip hop o reguetón se ha convertido en un género paneuropeo que se baila en fiestas y discotecas de ciudades como Madrid, París o Milán gracias a la presencia de gitanos rumanos en prácticamente todas las grandes ciudades del continente.
Otros clanes dentro de la minoría gitana de Rumanía son los casi desaparecidos 'ursari', que se dedicaban a adiestrar osos y otros animales con fines de entretenimiento; los 'caldarari', que trabajan el cobre y otros metales, o los artesanos de la madera o 'rudari'.
Todos ellos mantienen vivos los oficios tradicionales, y su maestría les granjea el respeto en una sociedad a menudo hostil a su identidad y su estilo de vida.
Según datos de la Unión Europea, un 70 % de la población gitana de Rumanía vive en riesgo de pobreza, y más de la mitad no tiene una fuente de ingresos formal.
Un 15 % de los niños gitanos no va a la escuela en Rumanía, donde casi ocho de cada diez jóvenes de esta etnia no tienen educación.
Estas circunstancias, y una tradición nómada que algunos grupos todavía conservan, hacen de la emigración una salida muy habitual en la comunidad gitana de Rumanía, que se ha beneficiado como pocos otros grupos en el continente de la apertura de fronteras que supone la Unión Europea (UE).
Desde hace años, los gitanos de Rumanía se conocen en el ámbito oficial como 'roma' (romaníes), pues algunos consideran despectiva el término tradicional 'tsigan'.
La denominación 'roma' es rechazada por muchos rumanos al considerar que induce a una confusión entre el gentilicio nacional y esta etnia.
Por otra parte, ciertos sectores en la comunidad rechazan este cambio de terminología y se reivindican como 'tsigani'.
Más de un 80 % de los gitanos del país se declara de religión cristiana ortodoxa, alrededor de un 6 % son miembros de iglesias pentecostales y cerca de un 5 % son católicos.
La minoría gitana está representada por un diputado en el Parlamento rumano, al igual que otras 16 comunidades étnicas y religiosas minoritarias del país.