2024 Año de la Oración

De camino al Gran Jubileo, el Papa nos invita a celebrar el Año de la Oración, "un año dedicado a redescubrir el gran valor y la absoluta necesidad de la oración"

2024 Año de la Oración

Alfonso V. Carrascosa

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Pronunció Francisco estas palabras durante su alocución del Angelus el pasado 21 de enero, Domingo III del Tiempo Ordinario, Ángelus de este domingo, V Domingo de la Palabra de Dios, precisamente en medio de esta Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos que estamos celebrando desde el 18 al 25 de enero. La Conferencia Episcopal Española ha facilitado como materiales para vivir intensamente y en comunión con Francisco esta Semana de Oración un documento en cuya portada aparece el versículo del Evangelio ‘Amarás al Señor, tu Dios…y a tu prójimo como a ti mismo’ ( Lc 10,27), precisamente perteneciente a una de las más importantes oraciones hebreas que los judíos piadosos siguen repitiendo día tras día, la oración del Shemá. Ese es el texto bíblico –PALABRA DE DIOS- que se nos propone como centro neurálgico de lo que debería ser primordial durante esta Semana.

Francisco había enviado Carta al pro-prefecto del Dicasterio para la Evangelización, Mons. Rino Fisichella, hablando sobre la preparación del Jubileo:

‘En este tiempo de preparación, me alegra pensar que el año 2024, que precede al acontecimiento del Jubileo, pueda dedicarse a una gran “sinfonía” de oración; ante todo, para recuperar el deseo de estar en la presencia del Señor, de escucharlo y adorarlo. Oración, para agradecer a Dios los múltiples dones de su amor por nosotros y alabar su obra en la creación, que nos compromete a respetarla y a actuar de forma concreta y responsable para salvaguardarla. Oración como voz “de un solo corazón y una sola alma” (cf. Hch 4,32) que se traduce en ser solidarios y en compartir el pan de cada día. Oración que permite a cada hombre y mujer de este mundo dirigirse al único Dios, para expresarle lo que tienen en el secreto del corazón. Oración como vía maestra hacia la santidad, que nos lleva a vivir la contemplación en la acción. En definitiva, un año intenso de oración, en el que los corazones se puedan abrir para recibir la abundancia de la gracia, haciendo del “Padre Nuestro”, la oración que Jesús nos enseñó, el programa de vida de cada uno de sus discípulos’.

Todo esto me ha hecho presente que Carmen Hernández, coiniciadora junto a Kiko Argüello del Camino Neocatecumenal, presentó al finalizar sus estudios de Ciencias Sagradas en Valencia una pequeña tesina de licenciatura titulada ‘La necesidad de la oración en el pensamiento de Pío XII’ publicada con motivo del 6º aniversario de su paso al Padre.

Y es que la oración fue muy importante en la vida de la Sierva de Dios. En el Acto de Apertura de la Fase Diocesana de la Causa de Beatificación Kiko en estos términos:

‘Fue una mujer extraordinaria, una verdadera profeta, una auténtica misionera, que ha vivido la fe en grado heroico. ¡Una mujer excepcional!, importantísima para la Iglesia, siempre en oración, enamorada de Cristo, de la Escritura y de la Pascua, y con un amor incondicional al Papa y a la Iglesia. …muchas veces era una vida crucificada, callada y sufriente, como “en una noche oscura”’.

Por su parte Carlos Metola, postulador de la Causa de Beatificación de la Sierva de Dios Carmen Hernández, se refirió en el mismo acto al mencionado estudio y a la vida de oración de la Sierva de Dios en estos términos:

‘Entre 1957 y 1960 estudió Ciencias Religiosas en el Instituto Sedes Sapientiae de Valencia, con unos magníficos profesores de los que siempre hacía mención; sus notas fueron brillantísimas y realizó una tesina Summa cum laude sobre “La necesidad de la Oración en el pensamiento de Pío XII”. Todo esto le inculcó un amor enorme a la oración litúrgica, a la Eucaristía y a la Sagrada Escritura, como presencias actuales y necesarias de Cristo en su vida diaria...Carmen Hernández sabía que esta iniciación cristiana del Camino Neocatecumenal no se podía realizar sin unos pilares sólidos que ella vivía y que trataba de inculcar a los hermanos de las comunidades: El amor y la necesidad de la oración: Carmen rezaba todas las horas del Salterio, con verdadera devoción y gusto, disfrutaba rezando, y era el medio de santificar el día. Sobre todo, le gustaba el Oficio de Lecturas, al que llamaba el “Matutino”, que lo hacía de madrugada, porque decía que sus salmos son “muy existenciales”. Nunca dejaba una hora de la Liturgia de las Horas, incluso en los viajes y desplazamientos’.

Nos sirva a todos esta breve reflexión de estímulo para vivir con intensidad esta Semana de Oración por la Unidad de los Cristianos en este 2024 Año de la Oración que nos invita a celebrar Francisco com opreparación al Jubileo 2025.