22 de agosto: Día de la Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia basados en la Religión o las Creencias

22 de agosto: Día de la Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia basados en la Religión o las Creencias

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Frente a aquellos que se empeñan en manipular las religiones utilizándolas de manera despreciable para fines políticos y económicos causando el daño y la muerte a sus semejantes, en este Día de la Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia basados en la Religión o las Creencias, promovido por Naciones Unidas, volvemos a repetir y actualizar con todas nuestras fuerzas las palabras contundentes del Documento sobre la Fraternidad por la paz mundial y la convivencia común (Abu Dhabi, 4 de febrero de 2019) firmado por el papa Francisco y el Gran Imán de Al-Azhar Al Tayyeb:

22 de agosto: Día de la Conmemoración de las Víctimas de Actos de Violencia basados en la Religión o las Creencias

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"El terrorismo execrable que amenaza la seguridad de las personas, tanto en Oriente como en Occidente, tanto en el Norte como en el Sur, propagando el pánico, el terror y el pesimismo no es a causa de la religión ?aun cuando los terroristas la utilizan?, sino de las interpretaciones equivocadas de los textos religiosos, políticas de hambre, pobreza, injusticia, opresión, arrogancia; por eso es necesario interrumpir el apoyo a los movimientos terroristas a través del suministro de dinero, armas, planes o justificaciones y también la cobertura de los medios, y considerar esto como crímenes internacionales que amenazan la seguridad y la paz mundiales. Tal terrorismo debe ser condenado en todas sus formas y manifestaciones".

Las religiones no son violentas, sino que se hacen violentas en manos de hombres violentos. El fundamentalista es el que transforma el texto sagrado en un texto violento, movido por su afán de poder y de dominio, ensuciando el sagrado nombre de Dios con su instrumentalización ideológica (cf. J. Assmann, Violence et monothéisme, 2009).

Esta conmemoración, que nos lleva a recordar tantos acontecimientos y atrocidades tristes del pasado y del presente, nos avergüenza, y, al mismo tiempo, nos anima a seguir trabajando por una educación religiosa saludable que promueva la paz, la concordia, la dignidad de toda persona y el valor sagrado e inviolable de la vida humana. Evitemos la deformación de los sentimientos religiosos y alcemos una vez más de manera unánime nuestras voces para pedir: "Cese la instrumentalización de las religiones para incitar al odio, a la violencia, al extremismo, al fanatismo ciego; que se deje de usar el nombre de Dios para justificar actos de homicidio, exilio, terrorismo y opresión" (Documento sobre la fraternidad).

Por Rafael Vázquez

Director del Secretariado de la Comisión Episcopal de Relaciones Interconfesionales