Algunas tareas importantes para el nuevo Año

El periodista Mario Alcudia reflexiona sobre el discurso que ha dirigido el Papa Francisco al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede

Mario Alcudia

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Una vez más, una de las citas más esperadas de comienzo del nuevo Año es el discurso que el Papa dirige al cuerpo diplomático acreditado ante la Santa Sede en el que repasa algunos de los acontecimientos más importantes en los que estamos inmersos a los que mira y pide prestar especial atención.

Evidentemente entre ellos los enfrentamientos, recordando como la paz está cada vez más amenazada y debilitada, de forma muy especial lo que está sucediendo en Israel y Palestina que está provocando una situación humanitaria gravísima con sufrimientos inimaginables.

También en relación a ese sufrimiento de la persona, hacía especial énfasis en el drama de las migraciones, centrándose en lo que acontece en lugares como el desierto del Sahara, la selva del Darién, en la frontera del corte de México con Estados Unidos o el conocido por todos, drama del Mar Mediterráneo. Francisco pedía una migración reglamentada para acoger, promover, acompañar e integrar a estas personas.

Y hablando de huir, se refirió a los más de 360 millones de cristianos en todo el mundo que sufren un alto grado de persecución y discriminación a causa de su fe.

Otro de los temas en los que ha puesto su foco ha sido el del respeto de la vida; que no puede ser suprimida ni convertirse en un producto comercial, en alusión claro a la deplorable práctica de la llamada maternidad subrogada. Y es que como recordaba Francisco, un hijo es siempre un don y nunca el objeto de un contrato, haciendo así un llamamiento a que la comunidad internacional se comprometa a prohibir universalmente esta práctica.

Y varias miradas más, su preocupación y llamada al cuidado del planeta, su defensa a proteger la educación de los jóvenes, como principal inversión en el futuro, con ese importante reto educativo que es el uso ético de las nuevas tecnologías.

Esos y algunos asuntos más como el Jubileo del próximo Año fueron los temas centrales de este discurso tan importante del Papa que representa una llamada de atención ante las coyunturas del mundo con sus desafíos y los caminos posibles a recorrer en favor de la humanidad; esa voz profética de Francisco a la que me da la sensación no siempre se presta la atención suficiente que, al menos nosotros, sí que hemos resaltado.