Católicos y científicos: Consuelo González Ramos, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC

Católicos y científicos: Consuelo González Ramos, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC

Alfonso V. Carrascosa

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Católicos y científicos: Consuelo González Ramos, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC

Consuelo González Ramos (1877-1956), que firmó también sus escritos con los pseudónimos de Celsia Regis y Doñeva de Campos, fue una maestra que ejerció como periodista y hasta enfermera, al tiempo que defendió la condición de la mujer, lo que le ha valido ser tenida como una pionera dentro del feminismo católico, ya que nunca abandonó la fe que recibió de pequeña de sus padres.

En la biografía escrita por Beatriz Caballero Mesonero para el Diccionario Biográfico de la Real Academia de Historia se dice que cursó estudios de Magisterio en la Escuela Normal de Valladolid y además completó su formación en Francia. En 1909 se fue a África para ejercer como enfermera voluntaria al tiempo que colaboraba en prensa local. Fue entonces cuando escribió "La mujer española en la campaña de Kert", en el que describió el papel de las mujeres españolas en la retaguardia durante la guerra de Marruecos (1911-1912).

En 1917 inauguró con su marido el periódico La Voz de la Mujer, órgano de expresión de sus inquietudes a favor de la promoción femenina, dirigido siempre por mujeres hasta el año de su clausura en 1931. También fue la fundadora en 1919 de la Federación Internacional Feminista, una alternativa a otras plataformas feministas del momento, como la Asociación Nacional de Mujeres Españolas o la Unión de Mujeres de España, aunque de ella apenas ha quedado constancia. Un año más tarde creó la primera Escuela de Tipografía para mujeres guiándose por la presencia modélica de Florencia Rodríguez Calameño.

Desde la plataforma de su periódico difundió en 1924 el programa de la Unión del Feminismo Español al tiempo que abrió un suplemento de denuncia e información titulado Las Subsistencias. A través de este suplemento publicitó también la puesta en marcha de un proyecto de granjas-escuela agrícolas para mujeres a las que se adiestraba en el aprendizaje de diversos oficios y se orientaba para la búsqueda de empleo. Asimismo fundó la Casa de la Mujer en 1926, un centro socio-asistencial alternativo al Lyceum Club presidido por María de Maeztu, por cierto científica católica feminista en cuya sede defendió el derecho al voto para la mujer casada y el sufragio universal.

En 1927 fue concejal en el Ayuntamiento de Madrid, en el mismo puesto que ya había ocupado dos años antes como suplente. Como resultado de su interés por Madrid publicó obras como La Villa y Corte de España: el Ayuntamiento de Madrid por fuera y por dentro durante la etapa, como Presidente del mismo, del Conde de Vallellano o La mujer y los Municipios. Los condes de Vallellano y de San Rafael, también católicos, contribuyeron económicamente a sus proyectos de promoción de la mujer. Al instaurarse la República en 1931 y comenzar la persecución política a la Iglesia se apartó de la vida pública debido al marcado anticatolicismo político de la época que desembocaría en una atroz persecución religiosa.

Enterrada en el Panteón de Personajes Ilustres, invito a la lectura en esta misma web de las vidas de Josefa Amar de Borbón, Maria Goyri, o el estudio sobre el feminismo católico. Dentro del mundo de la mujer existe el fenómeno de los feminismos, aunque nos quieran hacer creer que sólo existe el feminismo de género o que sólo se puede ser feminista si se es materialista laicista o anticatólico.