Católicos y científicos: Emiliano Rodríguez Risueño, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
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Católicos y científicos: Emiliano Rodríguez Risueño, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
El Siervo de Dios Emiliano Rodriguez Risueño (1866-1938) fue Catedrático de Zoología, Botánica y Mineralogía de la Universidad de Salamanca, que conmemora en 2018 el 800 aniversario de su fundación, hecho que sacó adelante la Iglesia Católica Española.
Doctor en Ciencias Naturales y profesor en la Universidad de Valladolid, sus alumnos le recuerdan con cariño por sus dotes pedagógicas y su alto nivel moral. Ello no fue óbice ni cortapisa para que fuese además Presidente del Consejo Particular de las Conferencias de San Vicente de Paul, Presidente de Acción Católica y Terciario Franciscano.
Una magnífica semblanza de su vida, casi la única accesible por internet dice textualmente:
"Don Emiliano Rodríguez Risueño. La vida de profesor universitario y, sobre todo, las circunstancias de su muerte, se han conservado en la memoria colectiva de esta región de Ciudad Rodrigo. Nació en El Bodón el 6 de febrero de 1866, siendo el segundo de ocho los hijos del matrimonio formado por D. Ramón Rodríguez Palacios y Dª Francisca Risueño Cortés, dedicados al cultivo de su rica hacienda. Aprendió las primeras letras con el maestro de la escuela de El Bodón, para quien D. Emiliano tuvo siempre recuerdos y palabras de agradecimiento: De él escribe: "Era un buen maestro sin ser un sabio, porque supo unir a la instrucción la educación de sus alumno. De él aprendí yo esta gran lección de pedagogía: Educar no es lo mismo que instruir. La educación es el todo; la instrucción es solo una parte". Terminada la formación primario, cursó la Segunda Enseñanza en el Colegio de San Cayetano en el Seminario de Ciudad Rodrigo, donde obtiene las máximas calificaciones y el título de Bachiller, a los 16 años, con la nota de sobresaliente. En este colegio, en convivencia y contacto con los jóvenes futuros sacerdotes, obtiene una formación en la piedad, en el orden, en la constancia, la laboriosidad, que le van a acompañar toda su vida.
En la elección de carrera influyó su vida en el campo, como hijo de labradores enamorado del contacto con la naturaleza. En los primeros días de octubre de 1884 comienza sus estudios en la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Madrid. Supo mantener la formación recibida en su infancia y adolescencia, respondiendo a las exigencias del estudio y obteniendo el título de Bachiller en Ciencias Naturales en 1886, y el título de Doctorado, al año siguiente, 1887, con las mismas máximas calificaciones y el premio extraordinario en su tesis doctoral ("Estudio micrográfico de los áloes"), que fue publicada en los Anales de la Sociedad Española de Historia Natural.
Después de dos años de preparación específica, a los 23 años, en unas oposiciones claramente competitivas, logra la cátedra de Historia natural en la Universidad de Valladolid e 1889. Era una nueva etapa de su vida con una actividad intensa como investigador, profesor y publicista, reuniendo en su clase 200 alumnos ya que era asignatura común en el año preparatorio para las carreras de medicina, farmacia y ciencias. Publicó en 1904 su primer libro "Lecciones de Orgánica y Fisiología vegetales", y en 1906 su segunda obra "Lecciones de Botánica descriptiva", apareciendo en 1907 su tercer libro "Lecciones de Anatomía y Fisiología animal". En todas se notan sus intenciones de conseguir la claridad, la sencillez y el hacerse comprender. En 1900 fue nombrado Decano de la Facultad de Ciencias.
A su vida ajetreada en la enseñanza, en la investigación y en la publicación de libros se suma su labor en lo religioso y en lo social en el Círculo Católico de Obreros y en las Conferencias de San Vicente, que siempre fueron punto central en su vida cristiana. El renombre .La vida de docencia del Dr. Risueño y su actitud religiosa, que se reflejaba en toda su existencia, fue ocasión de fuera acusado con calumnias y criticado duramente por los adversarios a su conducta y religiosidad. El disgusto consiguiente ocasionado, unido al cansancio físico de excesivo, le hizo caer en una enfermedad que le impuso unos años de descanso y el plantearse la conveniencia de retirarse de la vida pública a una casa religiosa. El consejo de su Director Espiritual le hizo encontrar la solución de asumir la tarea de profesor en Salamanca, después de los 30 años en Valladolid, para dedicar oros 17 años más a la actividad pública, hasta su jubilación en 1936, cuando tenía 70 años y después de 47 de docencia universitaria. Su situación de jubilado le hizo plantear su vida entre Ciudad Rodrigo y El Bodón. Pensaba el poder dedicar algunos años a la docencia en el Colegio de San Cayetano de Ciudad Rodrigo, de quien se sentía claro deudor, y, cuando no pudiera, maestro en El Bodón. Las circunstancias truncaron sus las ilusiones proyectadas.
Los que han estudiado la historia y los escritos de D. Emiliano Rodríguez Risueño estiman como lo más importante de su biografía su vida espiritual, aunque reconociendo las dificultades para reflejarla por escrito. Las ricas facetas de Congregante Mariano, Terciario Franciscano, Socio de las Conferencias de san Vicente, Hombre de Acción Católica, Colaborador parroquial, Propagandista de la verdad católica? pueden hacernos percibir la riqueza de su espiritualidad. Él se propuso realizar en su jubilación un apostolado intenso con su escritos, por medio de artículos y cartas, y sumando el apostolado oral por medio de conferencias, círculos de estudio, escuelas de formación moral?, convirtiéndose en orador indispensable en Valladolid y en Salamanca. Un acto oracional y propagandístico en la celebración del Día del Papa, en la tarde del domingo 13 de febrero de 1938, en la iglesia parroquial de El Bodón, enmarcó el hecho de su muerte santa. En la misma iglesia de su pueblo, donde había recibido la vida sobrenatural en el bautismo, le llegaba el encuentro final con el Señor. En la tarde del día siguiente recibía sepultura en el cementerio del pueblo, en la misma sepultura de sus padres."