Católicos y científicos: Joaquín María de Castellarnau y Lleopart, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC

Católicos y científicos: Joaquín María de Castellarnau y Lleopart, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC

Alfonso V. Carrascosa

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Católicos y científicos: Joaquín María de Castellarnau y Lleopart, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC

Joaquín María de Castellarnau y Lleopart (1848-1943) fue un ingeniero de montes español, que desempeñó desde 1876 hasta 1883 el cargo de ingeniero de la Casa Real española.

Avezado microscopista y experto en histología vegetal, publicó múltiples obras dedicadas al manejo del microscopio en dicha com herramienta de clasificación de plantas coníferas. Consideró que España había perdido buena parte de la vegetación de los montes peninsulares debido a la influencia térmica del Sáhara, y admitió por ello como muy difícil la repoblación forestal total del país.

Hombre de bien y con una cara de bueno que se le caía al suelo, recibió como microscopista la medalla Echegaray en 1934, al igual que antaño la recibiera Cajal en 1922. Le pilló la Guerra Civil ya mayor y en su querida Segovia. Como gesto que también le honra, la Colección de Instrumentos Científicos del Museo Nacional de Ciencias Naturales (MNCN) guarda y custodia su magnífica colección de microscopios y demásarchiperrescientíficos que dejó en su testamento legado a tal institución, falleciendo en 1943 cuando el MNCN formaba parte del Instituto José de Acosta del CSIC.

Casi nadie ha dicho nunca nada a cerca de su fe católica, como suele ocurrir con los científicos católicos. Sería un cura científico, Filiberto Díaz Tosaos, quien esclarecería la duda de si era o no nuestro científico hombre de fé, al recoger una referencia a su persona del Marqués de Lozoya, que escribió en una carta al Padre Tosaos:

"Su generosidad, en él tan característica, se había acentuado en estos últimos años, en que hizo regalos y limosnas de extraordinaria cuantía. Lo que creo le interesará a usted más es el aumento de su piedad en este tiempo. Recibía los Sacramentos con frecuencia y fervor, y se expresaba siempre en tono de la mayor confianza y resignación ante la voluntad de Dios. Como nota curiosa en este sentido, le referiré que un día en que hizo una cuantiosa concesión a sus renteros, les expuso como única condición que rezasen por su intención una Ave-María, y la rezaron juntos, arrodillados, en el patio de su casa. Después les dirigió unas palabras sobre el valor de la oración."

El mismo Tosaos diría en su necrológica:

"?como cristiano supo dar a Dios lo que es de Dios, hasta sus últimos momentos, y no regatear al prójimo Justicia, Misericordia, Doctrina, Buen ejemplo y Espíritu evangélico".