Católicos y científicos: Luis de Benedito

Católicos y científicos: Luis de Benedito

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

En este 2020, año en el que se cumplen los 50 de la declaración del Parque Nacional de Doñana, contiúa hasta el 28 de junio en el Museo Nacional de Ciencias Naturales la exposición ?Naturalezas recreadas. La obra taxidérmica de los hermanos Benedito?, en la que se honra a esta familia de no sólo hábiles sino científicos taxidermistas, cuyo principal legado puede ahora visitarse en forma de sus obras. Miembro insigne de la saga fue Luis Benedito (1884-1995), católico practicante convencional, sin aspavientos, o como la familia indica, de los de ir a misa los domingos con normalidad y sin fanatismos ni nacionalcatolicismos.

Luis Benedito contribuyó con su obra a la mentalidad conservacionista de la sociedad española, contribución que prepararía la llegada del gigante Dr. Félix Rodriguez de la Fuente, mayor consolidador de la misma. Pero además favoreció el proteccionismo ambiental directamente. Se cuenta que recomendó al rey Alfonso XIII del que era amigo que pusiera guardas en Gredos para evitar el furtiveo, y así lo hizo el rey. Pero su mayor logro a la conservación del medio ambiente es tan importante como desconocida, y tiene que ver con el 50 aniversario de Doñana. En 1931 muere el Duque de Denia y de Tarifa y llega la IIª República. Los ánimos se calientan y el ayuntamiento almonteño busca el modo de demostrar el origen comunal de los terrenos de Doñana para hacer triunfar su tesis de que los nobles robaron la finca para convertirla en recreo, y que por tanto hay que devolvérsela al pueblo. Hay un primer intento de expropiación de las tierras para convertir el importantísimo enclave ecológico en fincas de labor, y conjura el peligro un informe científico precisamente de Luis Benedito. En dicho informe Benedito subraya la importancia del que acabaría siendo Parque Nacional. Lo contó Aquilino Duque en 1977 en su obra ?El mito de Doñana?. Pero el siguiente envite lo sufriría Doñana tras la llegada al poder del Frente Popular. Entonces se pretendió convertir la zona en lugar de pasto de ganado cabrío. Al amparo de la Ley de Reforma Agraria de 1932, la Dirección General de Reforma Agraria frentepopulista terminó declarando a Doñana como ?finca de utilidad social?, que era lo mismo que firmar su sentencia de muerte. La desgracia de la Guerra Civil daría al traste con el intento, y entonces ocurriría lo inesperado? José Ibáñez-Martín de la sociación Católica Nacional de Propagandistas, y Jose Mª Albareda, científico y cura del Opus Dei protagonizarían por parte de la administración la definitiva y hasta el día de hoy eficar protección de la zona.

Como bien recoge la web del MNCN, Luis Benedito Vives "Nació en Valencia el 25 de agosto de 1884. Los primeros trabajos de naturalización los realizó en su ciudad natal hasta que en 1910, su hermano José María que trabajaba en el Museo Nacional de Ciencias Naturales, lo llamó a Madrid. Allí, por intermediación del entonces director de la institución, D. Ignacio Bolívar, la Junta de Ampliación de Estudios le concedió una beca para mejorar su técnica en Europa. Así visitó entre otros países, Alemania, Francia y Holanda y trabajó con el célebre escultor y taxidermista Ter Meer, al que se le considera el precursor de la taxidermia que se practica en la actualidad. En España. Luis Benedito aplicó las novedosas técnicas de taxidermia aprendidas en Alemania que consistían prácticamente en:

– Utilización de jabones arsenicales, entre otros productos, para impedir que las pieles se apolillasen.

– Naturalización de los animales siguiendo un proceso denominado Dermoplastia, basado en la elaboración de una escultura del animal a tamaño natural, en pasta de turba y escayola sobre la que se adhería más tarde la piel humedecida sujetándola firmemente con alfileres.

– Uso ojos de cristal de gran calidad que ofrecían a las piezas mayor realismo y rigor científico.

– También en Europa estudió la producción artística de los principales escultores, especialmente de los animalistas. Dotó a sus obras de una gran carga realista en los movimientos y especialmente en las anatomías. Captó en ellas las proporciones exactas, posturas reales y movimientos de los propios animales vivos, producto igualmente del estudio directo de los animales en el campo".