La conversión pastoral, el gran reto de la Iglesia ? editorial Ecclesia

La conversión pastoral, el gran reto de la Iglesia – editorial Ecclesia

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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"No estamos en una época de cambios, sino en un "cambio de época"". Con esta afirmación, se sintetiza, en buena medida, la visión del Papa Francisco acerca de la sociedad y de la Iglesia actuales. Y desde esta intuición suya, repleta de clarividencia y de interpelación, el Santo Padre proyecta para la Iglesia una verdadera renovación, no solo y tanto de estructuras, cuanto de corazones y de actitudes. Es la conversión pastoral, que tanto reitera y que, sin duda, es una alerta, una llamada que desde lo Alto ha de llegar a toda la comunidad eclesial.

Con este trasfondo, es preciso leer y releer- hasta orar- los dos discursos de Francisco que centran este número de ECCLESIA. Se trata de su mensaje a los obispos brasileños, del sábado 27 de julio, y el dirigido, al día siguiente, al Comité de Coordinación del CELAM y que publicamos en las páginas 41 a 45 y 46 a 48, respectivamente, y que dan razón de ser a nuestra portada de hoy.

Como ya indicábamos en nuestro anterior número doble, no solo por la larga extensión de estos textos, sino también por su naturaleza propia e independiente de la JMJ 2013 Río, en la que fueron pronunciados, hemos optado por publicarlos ahora. Y, por otro lado, aunque sus destinatarios primeros son la Iglesia que peregrina en Brasil y en América Latina ?las más numerosas de la catolicidad-, su eco, su fuerza y su gracia han de resonar en el conjunto de toda la Iglesia. O dicho de otro modo: lo que podemos leer y reflexionar en estos discursos, nos concierne e interpela a todos.

¿Qué es, en sustancia, lo que el Papa Francisco dice y quiere? Que la Iglesia esté preparada y lleve la iniciativa ante el inminente cambio de época que se avecina, y ya está, de un modo u otro, incoada. Y que para ello urge una profunda y evangélica actitud de renovación eclesial. Una renovación eclesial que encuentra en la condición, en el estilo, en el talante del discípulo su primera premisa. Solo siendo discípulos, los miembros de la Iglesia ?obispos, sacerdotes, consagrados y laicos- podremos ser auténtica y fecundamente apóstoles. Poner en clave misionera a la Iglesia requiere antes del discipulado.

Y para ser discípulos del único Maestro son precisas actitudes básicas como la escucha, la humildad, la sencillez, el saber esperar, el descubrir que Dios viene en la pequeñez, la gramática de la simplicidad, el no ceder al desaliento, la potenciación de la vida interior y la intimidad con el Señor. Y todo ello, con la brújula de la pertenencia eclesial, de la identidad católica.

Desde la mirada y el corazón del discípulo, la Iglesia y todos sus miembros estaremos mejor capacitados para servir y para evangelizar. Para que, desde la creatividad del amor, desde la cercanía y el encuentro, sepamos salir a las encrucijadas ?ahí suele estar también Dios- y a las periferias existenciales de nuestra humanidad, quizás cansada, descreída, desmotivada, desencantada o sencillamente fascinada por otras "luces" y promesas tantas veces, tarde o temprano, ilusorias y vanas.

Para todo ello, el Papa Francisco quiere "una Iglesia esposa, madre, servidora, facilitadora de la fe y no controladora de la fe", una Iglesia bien anclada en Jesucristo y que desde Él evite las tentaciones de la autorreferencialidad, la nostalgia, la utopía, la autocomplacencia, el derrotismo, la búsqueda de la eficiencia y la eficacia como valores en sí mismos, el "resultado constatable y de las estadísticas".

Desde la clave del discipulado, la conversión pastoral que nuestra Iglesia necesita ante este "cambio de época" se traduce asimismo en mansedumbre, misericordia, paciencia, pobreza, austeridad. Significa "pastoral de los pequeños pasos" y no anteponer jamás cualquier dimensión administrativa ?por importante y necesaria que sea, y lo es, pero en su justa medida- al venero ardiente e inequívocamente pastoral que ha de irrigar toda la acción de la Iglesia.

En el final de su discurso a los dirigentes del CELAM, el Papa Francisco traza un retrato-robot sobre cuál ha de ser el ministerio de los obispos. Y más allá de que sean ellos, nuestros obispos, sus primeros y principales destinatarios, creemos, por nuestra parte, que a todos los demás miembros nos vendrán bien un examen de conciencia con estas palabras, a nuestro juicio, verdadero test y guía para la ineludible y apremiante conversión pastoral, reto de los retos de nuestra Iglesia actual.