Cuidar la fe, por José Antonio Rosado

Cuidar la fe, por José Antonio Rosado

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Ayer por la tarde un amigo me invitó a un retiro de un par de horas en una pequeña parroquia de Vitoria, mi ciudad. Y allí que fui. No me lo pensé mucho. Terminé de trabajar y mi cuerpo y ?especialmente? mi mente necesitaban desconectar tras días intensos.

¿Qué tal fue el resultado? Espectacular. Dos horas de intercalar meditaciones, silencio, lectura y oración. Parece mucho para tan poco tiempo pero el resultado merece la pena. La rutina, las prisas, las agendas y los compromisos nos dejan sin tiempo para cuidar nuestra fe, para alimentarla, para compartirla y para dar gracias. Si uno quiere estar con un cuerpo sano, dedica tiempo a comer bien, al gimnasio o a pasear. ¿Por qué cuesta tanto pues encontrar tiempo para un alma sana? Es vital dedicar tiempo a nuestra fe, a estar con el Señor, a ir a Jesús por María y a conocer el magisterio de la Iglesia.

Ayer, al escuchar al sacerdote, me percaté de que sus palabras fueron todo un regalo. Nos habló a los presentes, de toda edad y condición, del Corazón de Jesús, con citas evangélicas y referencias personales sobre su propia experiencia. Los silencios posteriores con oración fueron una delicia. A todos, estoy seguro, nos vino a la mente momentos de nuestras vidas a los que el sacerdote hizo referencia. Fue un acierto acudir a esta invitación. Aunque sea un par de horas. Que nuestra fe no se relegue a los domingos. Hay mucho tiempo y si se organiza, da para todo. No descuidemos nuestra relación con el Señor.