Enfoca tu mirada a la pobreza

Este domingo la Iglesia celebra la séptima Jornada Mundial de los Pobres bajo el lema 'No apartes tu rostro del pobre': "La pobreza no es la simple ausencia de lo material"

Mario Alcudia

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Este domingo (19 de noviembre) celebraremos la séptima Jornada Mundial de los Pobres convocada por el Papa con el lema ‘No apartes tu rostro del pobre’; una Jornada instituida por Francisco hace ya siete años para tratar de devolver a estas personas la esperanza perdida a causa de la injusticia, el sufrimiento y la precariedad de la vida.

Con este motivo, esta semana he tenido la oportunidad de presentar una tertulia en Cáritas Madrid en la que reflexionábamos en torno a la pobreza desde diferentes miradas y actuaciones que lleva a cabo esta institución.

Este año la jornada se centra en la mirada a estas personas porque como nos dice Francisco en su mensaje, vivimos un momento histórico que no favorece la atención hacia los más pobres. Esto se percibe especialmente en las jóvenes generaciones. Lo que es desagradable y provoca sufrimiento se pone entre paréntesis. La realidad virtual se apodera de la vida real y los dos mundos se confunden cada vez más fácilmente. Es entonces cuando los pobres se vuelven imágenes que pueden conmover por algunos instantes, pero cuando se encuentran en carne y hueso por la calle, llega la marginación y se mira hacia otro lado.

En esta Jornada constatamos, entre otras cosas, que la pobreza no es la simple ausencia de lo material sino también que existen otros tipos de pobreza; entre ellas, por ejemplo, la soledad no deseada. Nos contaba Nacho, que perdió su trabajo con 58 años cómo castiga una mirada que juzga, que no es caritativa ni misericordiosa. Y como en un lugar, como el Hogar Isaías donde ahora reside, vuelven a sentirse queridos queridos y recuperan la confianza en ellos porque sienten lo que todavía pueden aportar a la sociedad.

La Jornada Mundial de los Pobres es una de las respuestas que la Iglesia dirige a todas estas personas para que sientan esa cercanía. Nos recuerdan que debemos salir a su encuentro, llevando así el Evangelio a las periferias. Porque la caridad, como nos dice el Papa, no es una obligación sino que es un signo de amor. Cada una de estas personas debería poner en crisis nuestra indiferencia. Ojalá seamos capaces de enfocar bien nuestra mirada y no apartar nuestro rostro del pobre.

Temas relacionados