El P. Francisco Amor Martínez un buen misionero en Venezuela

El P. Francisco Amor Martínez un buen misionero en Venezuela

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

El P. Francisco Amor Martínez un buen misionero en Venezuela

Por Fernando Campo

El P. Francisco de Sales Amor Martínez nació el 29 de enero de 1934 en Solveira (Orense) donde cursó los estudios primarios hasta ingresar en la Apostólica de Valencia de Juan (León) en 1946 para cursar humanidades durante cuatro años. Se le escapaban frases y palabras en gallego que no podía evitar como "inda". Hacía de sacristán y era buen compañero. Pasó en 1951 a Valladolid para cursar Filosofía, cuyo último curso 1952-1953 lo hizo en Becerril de Campos (Palencia). Volvió a Valladolid en 1953 para hacer el noviciado (1953-1954) y luego Teología. Ordenado sacerdote en 1958 pasó a Salamanca para hacer un curso de Pastoral en la Universidad Pontificia. El 29 de febrero de 1959 fue enviado a Caracas, donde estuvo hasta 1961 completando sus estudios universitarios. Durante los meses de julio, agosto y septiembre de 1960 estuvo en La Cañada, parroquia de La Concepción colaborando en la suplencia al P. Juan Antonio Martínez. En esos meses aprendió a manejar y obtuvo el correspondiente título de conductor. Lo pasó muy bien, aunque ya comenzaba a sentir dolores de cadera, que le van acompañar el resto de su vida, junto con deseo de ser un buen misionero.

Estuvo en el Colegio San Agustín de Ciudad Ojeda desde 1961 hasta 1964 ejerciendo los cargos de profesor, depositario y sobre todo colaborador pastoral en la iglesia de Santa Mónica, parroquia de Cristo Rey, con sus barrios de Ciudad Ojeda, como las Morochas, Barrio Libertad, Barrio Obrero y otros que luego se han convertido en parroquias. El 9 de julio de 1964 viajó a Caracas para someterse a una urgente revisión médica y quedarse de nuevo en el Colegio San Agustín de Caracas para hacer de ecónomo 1964-1967 procurando mejorar la vivienda de los religiosos y laboratorios escolares. Construyó un depósito subterráneo para reserva de agua.

En 1968 volvió a tener achaques de salud y viajó a España para reponerse. De vuelta a Caracas aumentó el deseo de prestar mayor atención al Barrio Morán, que estaban atendiendo los agustinos desde 1962. Logró establecer la parroquia de Santa Ana en Casalta el 20 de junio e 1971. Allí permaneció hasta 1983 defendiendo los derechos y necesidades de los de esa parroquia, por lo que el 25 de mayo de 1981 fue detenido al oponerse a los desalojos y defender a los pobres. Esto causó bastante alarma y fue puesto en libertad a petición de las autoridades eclesiásticas. El 29 de diciembre de 1982 fue nombrado párroco de Ntra. Sra. del Buen Consejo, en Caricuo UD-4 y se encargó de la comisión de vocaciones.

En 1983 fue nombrado párroco de Santa Rita en Caricuao UD-3. Siguió colaborando con el equipo parroquial de Casalta y en 1986 fue nombrado Vicario Provincial haciendo una buena labor. Sacó del Paraíso a algunos que se consideraban intocables y los mandó al Zulia. Se preocupó especialmente de la promoción vocacional cuya labor complementó en 1990, al ser superior de la Casa de Formación de Santa Rita. Pasó a Maracaibo como coadjutor y ecónomo. En 1991 fue nombrado superior de la casa de formación de Santa Rita y maestro de novicios el 28- VIII- 1995. Su gran labor docente y misionera la realizó en la Granja Agrícola San Agustín, km 61 de la carretera de Perijá, supliendo al P. Juan Antonio Martínez. Le acompañé el 29 de enero de 2009 y me enseñó cómo funcionaba la Granja con sus clases y una hacienda bien cultivada. Se preparaba a jóvenes indígenas para que fuesen obreros cualificados en las haciendas, donde eran muy bien acogidos.

Desde enero de 2011 hasta 2014 fue superior de la casa de Maracaibo. Al llegar la noticia de su muerte el 15 de noviembre causó hondo pesar entre los que le habían conocido por la sensible pérdida, sus valores y un puesto que no se cubre en la Granja Agrícola San Agustín por parte de los Agustinos. Que descanse en paz y que el Señor premie todas buenas obras realizadas especialmente en Venezuela donde fue un buen misionero.

Fernando Campo