Francisco contra el terrible lobo de Vatileaks, por Fidel García Martínez

Francisco contra el terrible lobo de Vatileaks, por Fidel García Martínez

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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papa Francisco, como su mentor Francisco de Asís, se enfrenta con su alma de querube y lengua celestial –como poetizara el gran Rubén Darío– al nuevo lobo de Gubbia, disfrazado de Vatileaks, que pretende destrozar y ensangrentar la Iglesia con el estiércol del diablo como definió el gran Papini al vil metal.

Los enemigos de la Iglesia Católica muchos y poderosos, quienes además disponen de grandes grupos de comunicación audiovisual y multimedia, siguen atacando, mintiendo y manipulando sobre el robo de documentos vaticanos y así fomentar más, la fobia anticatólica de forma más persistente y despiadada. Ante semejante provocación el propio papa Francisco durante el rezo del Ángelus del Domingo ante miles de personas llegadas de todas las partes trató de forma breve este espinoso asunto pero claramente y sin tapujos, con la verdad y la humildad por delante, como es norma en él.

Ante la dudas y turbación que estos acontecimientos están generando en muchas personas sencillas, poco o mal informadas. el Papa ha manifestado que el robo de estos documentos es un delito, un acto deplorable, que no ayuda en nada y tiene como finalidad perturbarlo todo. El Papa, afirma además, que ha sido él mismo, quien ha ordenado el estudio de esos documentos, que ya conocían tanto él como sus colaboradores. Pero lo que es más importante es que el robo y publicación de esos documentos no van a desviar a Francisco en absoluto del trabajo de reforma que está llevando a delante con sus colaboradores. Además de que se han tomado algunas medidas que ya han comenzado a dar frutos, incluso algunas claramente perceptibles.

Para llevar a delante estas reformas, el Papa ha pedido la ayuda de todo el Pueblo de Dios, porque la Iglesia se renueva con la oración y con la santidad de todo bautizado. El Papa desde la misma noche de su elección suplicó lo mismo que cuando habla a y con los fieles católicos: "por favor no se olviden de rezar por mí", y no se turben, sino sigan adelante con confianza y esperanza.

Fidel García Martínez