Fray Luis de León: la Inmaculada y la Natividad, por Fidel García Martínez

Fray Luis de León: la Inmaculada y la Natividad, por Fidel García Martínez

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Fray Luis de León: la Inmaculada y la Natividad, por Fidel García Martínez

Fray Luis de León tan grande como marginado por la incultura que asola la España postmoderna, nihilista y bravucona, que lo mismo se mofa de la Navidad que profana lo más Santísimo con los más terribles sacrilegios satánicos con el dinero de los españoles, como hacen los políticos autoritarios que toleran obscenidades satánicas cuando se trata de profanar el Santísimo Sacramento; entonces hablan de libertad de expresión, cuando, sin embargo, se trata del mínimo insulto al Islam arrancan de raíz la tan cacareada libertad de expresión y se procede a la retirada de la presunta gracieta.

Estos ediles tan profundamente incultos como sectarios deberían ser cesados fulminantemente porque quebrantan el derecho fundamental reconocido por la ONU, por el que nadie se puede mofar o permitir mofarse de los sentimientos religiosos de otro ni obligarle a convertirse o a creer con la espada en el cuello.

Fray Luis en su delicioso tratado Los Nombres de Cristo, obra cumbre de la literatura española por su brillante estilo literario, plasmado en forma de diálogo renacentista; y por su profundidad bíblica-teológica, en cuya disciplina es una de las grandes autoridades, cuando trata del nacimiento de Cristo le da, entre otros, el nombre de Pimpollo, en su doble acepción fruto y persona joven (niño) que se distingue por su belleza y gracia. Pone en boca de Marcelo uno de los interlocutores, por deseo de Juliano, el dogma cristológico de la Encarnación del Hijo de Dios en la purísimas entrañas de María Inmaculada. Aplicado el nombre de Pimpollo a Jesucristo se nos muestran dos cosas: una que no hubo ni saber, ni valor, ni merecimiento, ni industria en el mundo que mereciese de Dios que se hiciese hombre: otra que en el vientre purísimo y santísimo de donde aqueste Pimpollo anduvo, fue solamente la virtud y obra de Dios, sin ayuntarse varón. Y así para que se entienda el misterio de la Encarnación, es cierto que el Verbo Divino, que se hizo hombre en el Sagrado Vientre de la Santísima Virgen, el mismo Verbo formó allí el cuerpo y la naturaleza de que se vistió.

Con su habitual grandeza y agudeza en la interpretación de los textos bíblicos Fray Luis expone la similitud de contenidos de las palabras de Isaías: Derramad cielos, rocío y lluevan las nubes al Justo y el Ave María y del arcángel san Gabriel: el Espíritu Santo vendrá sobre Ti. Comenta Fray Luis: "Y a la verdad, el que cotejare estas palabras que aquí dice Isaías, con las que acerca de esta misma razón dijo a la vendidísima Virgen el Arcángel Gabriel, verá que son casi las mismas, sin haber en ellas más diferencias de lo que dijo el Arcángel con palabras propias, porque trataba de negocio presente, Isaías lo significó con palabras figuradas y metafóricas conforme al estilo de los profetas: Aquí dijo el Ángel: El Espíritu Santo vendrá sobre Ti. Aquí dice Isaías: "Enviareis, cielos vuestro rocío". Allí: Lo que nacerá de ti santo, será llamado Hijo de Dios. Aquí. Ábrase la tierra y produzca al Salvador"

Fidel García Martínez, Catedrático Lengua Literatura, Doctor Filología Románica, Licenciado en Ciencias Eclesiásticos