Jóvenes, sin trabajo ni esperanza
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Jóvenes, sin trabajo ni esperanza
Por José Moreno Losada. Vicario Parroquial en la parroquia de Guadalupe-Badajoz
El Papa acaba de poner el dedo en la llaga: ha hablado de los ancianos y de los jóvenes como los dos lugares de Galilea a los que la Iglesia ha sido enviada para encontrarse con el crucificado-resucitado que está en la historia. Con esta imprescindible hoja de ruta, nos indica que el camino para la fe, a ejemplo del apóstol Tomás, pasa por meter los dedos en la señal de los clavos y las manos en el costado de la humanidad sufriente y débil.
Dice concretamente que quiere hacer una parada de honor en los jóvenes: "?los jóvenes tienen necesidad de trabajo y esperanza, pero no tienen ni el uno ni la otra; lo peor: que ya no los buscan más. Les han aplastado el presente. Dígame usted: ¿se puede vivir aplastado en el futuro construyendo un proyecto, un futuro, una familia? ¿Es posible continuar así? Este, en mi opinión, es el problema más urgente que la iglesia tiene que afrentar".
Desde la frontera de lo personal, he de dejar entrever que lo que más me llama la atención es que este tema le parezca la problemática más urgente, lo cual comparto desde mi vivencia diaria con los jóvenes estudiantes y graduados; y, sobre todo, que no lo exponga como un problema hacia fuera -mirando a la política, a la economía, a la sociedad?-, sino mirando directamente a la iglesia, haciéndose cargo de este penar y de esta tristeza.
Precisamente en el mismo día, me llega, por medio de Facebook, un mensaje de Inesu: una persona con la que comparto ilusiones, tristezas, sueños, esperanzas y compromisos dese hace casi diez años. Ella ha sido una luchadora en la construcción de su persona y en la culminación de sus estudios en matemáticas; es una profesional como la copa de un pino, con un buen currículum externo y, sobre todo, interno y oculto. Ahora se ha tenido que marchar a Inglaterra, con una mano atrás y otra delante, forzada por una situación que es irrisoria en esta sociedad que demanda formación a los que están más formados. La reflexión madura, tras unos meses allí, me llega con su verdad y su sufrimiento como una señal sacramental más de lo que están sintiendo y viviendo los jóvenes preparados, ilusionados, luchadores, disponibles, entregados, vocacionados:
"Ya es oficial! Me quiero volver a casa! Echo muchísimo de menos TODO : a mi familia, a mi madre, a mis herman@s, a mi padre, a mis sobrinos, a cuñad@s, prim@s y a todos aquellos que no son familia pero los considero como tal, a mis amigas del pueblo, a mis compis de Badajoz, a mis compis de educo, a mi grupo de Px, a Pepe, a mis niñas q ya preguntan cuando empezamos, a mis clases y a mi día a día que he tenido que cambiar por esto, por intentar crecer y aprender un idioma que no me gusta, tengo que cambiar de vida y dejar atrás todo eso que considero tan mío?.. Es impresionante la de correos que me llegan de España, porque en los últimos meses me había registrado en un montón de páginas web para buscar trabajo, pero lo más sorprendente es que ninguno de los correos que me llegan al cabo del día, ya sea de infojob, workea o los infinitos portales de trabajo que hay, ninguno de ellos viene con ofertas de trabajo reales, todos me ofrecen formación?"La formación que necesitas para trabajar" dice uno, otro dice " haz el curso de?.. para trabajar en?." "ahora es tu oportunidad?. Haz un máster en?. con un 50% de descuento?." "prepárate para trabajar como ?.. previamente haciendo el curso de?.." "nuevas selecciones de personal?prepárate para ser el candidato ideal" pero digo yo? no se ha enterado esta gente que lo que quiero es trabajar, que ya no quiero formarme más de nada, que no tengo dinero para hacer cursos, ni masters, ni nada de eso, porque lo que no tengo es un trabajo digno que me dé para poder subsistir independientemente?. Que difícil se pone el camino algunas veces?. Con lo mal que lo pasé para acabar la carrera y pensé que eso iba a ser lo difícil?."
Es urgente, como dice el Papa Francisco, que todas las realidades eclesiales, en todos los niveles, nos pongamos a reflexionar sobre cómo acompañar, compartir, luchar y crear alternativas con estos jóvenes que sufren tanto en estos momentos, y tenerlo como centro de todo nuestro quehacer pastoral. Yo, desde luego, me lo apunto para seguir en la tarea y no perder el horizonte. Y, de paso, imagino que el próximo encuentro de Jóvenes Católicos del mundo ya tiene tema acerca de los jóvenes y el derecho al trabajo. Me da que ahí tendrían mucho que aportar movimientos de jóvenes de Acción Católica ?JOC, JEC, MJRC- que, como testigos y hermanos, llevan tiempo viendo, sintiendo y queriendo profetizar activamente desde este dolor y este sufrimiento juvenil.
José Moreno Losada. Vicario Parroquial en la parroquia de Guadalupe-Badajoz