In Memoriam Eduardo Moreno Gómez: una vida dedicada a la Eucaristía

In Memoriam Eduardo Moreno Gómez: una vida dedicada a la Eucaristía

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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In Memoriam Eduardo Moreno Gómez: una vida dedicada a la Eucaristía, por José Alberto Rugeles Martínez

Acontece a veces, que a pesar del paso del tiempo en ciertas almas ser intenso, no nos lo parece a quienes les vemos siempre tan bien, tan en forma, tan activas, que pensamos ser ellos mucho más jóvenes y que tienen aquello que -en la expresión de un querido Purpurado español-, es "una juventud acumulada" y no esperas que se marchen de repente, por así decir, sin avisar, sin dar tiempo a prepararnos para su ausencia definitiva.

Fue lo que me aconteció con D. Eduardo Moreno Gómez, ex-presidente de la Federación Mundial de Obras Eucarísticas de la Iglesia y ex-Presidente de la Adoración Nocturna de Ciudad Real. Eduardo tuvo una muerte como le habría gustado tener: con las botas puestas. Sí, él dedicó su vida a la familia y a la Eucaristía. Y quiso el Señor llevárselo 24 hrs. antes de terminar el año 2016 y participando precisamente, en la última Vigilia de la Adoración Nocturna de Ciudad Real del año que estaba por expirar, después de haber recibido la Sagrada Comunión. No podía ser más axiológico, morir luego de comulgar y de salir de la Iglesia parroquial de San Pedro, no sin antes hacer una profunda y respetuosa venia al Santísimo Sacramento.

Eduardo me impresionó siempre por su amabilidad, su don de gentes, su decisión de llevar adelante iniciativas, su preocupación por su familia y por sus amigos. Muchas veces recibía una llamada telefónica de él, interesándose por mis asuntos. Hombre cordial y educado, gran trabajador en el área privada y siempre preocupado por los demás.

Pero su preocupación principal era la Adoración a la Eucaristía. Lo hizo primero como presidente de la Adoración Nocturna en Ciudad Real y después cuando en el Congreso Eucarístico de Guadalajara fue elegido presidente de la Federación Mundial de Obras Eucarísticas de la Iglesia, Eduardo trabajó muchísimo en la expansión de la Federación. Contó para ello con el trabajo generoso y dedicado de su buen amigo José Ángel Casero, la orientación y consejo de D. Juan Miguel Ferrer, y la colaboración de los padres Agustín de la Vega, L.C. y Rafael Ibarguren, E.P. y de laicos como Mari Carmen Ortuza, Pedro García Asenjo, Francisco Fuentecillas o quien escribe, entre otros. Siempre supo integrarnos a los Consejeros en sus proyectos e iniciativas animando y buscando más ver las soluciones que las dificultades.

Le encantaba viajar y participar de congresos y simposios, en donde amplió su radio de amistades y conocidos, como con los cardenales Ouelet, Tonko, Rylko y Cañizares, o los arzobispos Marini, Piñeiro, Ureña o Clemens.

La serenidad de la fisonomía de su cadáver durante la capilla ardiente la noche del 31 de diciembre reflejaba que ya había pasado -en lo que bien definió el sacerdote que presidió su Misa de Córpore in Sepulto- de la Adoración de Dios en la tierra a la contemplación y Adoración eterna del Creador en el Cielo. Aquello para lo que tanto se preparó adorando al Señor en su Hostia Consagrada ya era realidad plena.

Como es costumbre, en aquella Misa, en la hora de la elevación de la Sagrada Forma, la bandera de la Adoración Nocturna se inclinó delante del Señor. Aquella inclinación recordaba en algunos la última venia, que Eduardo antes de salir de la Iglesia de San Pedro rumbo al encuentro con la muerte, había hecho al mismo Señor treinta y ocho horas antes. Gestos, símbolos, ceremonial, que indican el sentido de una vida, la razón de ser de una existencia y un ejemplo a seguir.

Sí, porque la vida y obra de Eduardo Moreno Gómez es digna de ser seguida. No tuvo su muerte la resonancia de la muerte de los políticos, de los deportistas o de los grandes empresarios. Pero fue él un atleta de Dios que hizo la mejor política y el mejor de los negocios: procuró agradar a Dios queriendo ser un siervo bueno y fiel. Y lo logró.

Por eso sus amigos acompañaremos a su familia en el Funeral, que Mons. Ferrer presidirá en la parroquia de San Eduardo de Madrid el próximo 21 de enero a las 17:30 hrs.

¡Descansa en Paz querido amigo!.