Migración y misericordia, por José-Román Flecha Andrés, en Diario de León (16-1-2016)

Migración y misericordia, por José-Román Flecha Andrés, en Diario de León (16-1-2016)

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Migración y misericordia, por José-Román Flecha Andrés, en Diario de León (16-1-2016)

"Emigrantes y refugiados nos interpelan". Ese es el lema del mensaje que el Papa Francisco ha escrito para la Jornada Mundial de las migraciones, que se celebra el día 17 de enero de este año 2016.

Las causas de este fenómeno van desde la pobreza hasta la persecución racial o religiosa, desde la violencia social o sexual hasta el tráfico de órganos. Muchos emigrantes "sufren el ultraje de los traficantes de personas humanas en el viaje hacia el sueño de un futuro mejor".

Pero las pesadillas no terminan ahí. En los países de destino, se ven como personas sospechosas. Y a veces descubren que no hay normas claras que "regulen la acogida y prevean vías de integración a corto y largo plazo, con atención a los derechos y a los deberes de todos".

Recibida de Dios, la misericordia alimenta y robustece la solidaridad hacia el prójimo. Todos somos custodios de nuestros hermanos y hermanas, de los que recibimos dones insospechados. No podemos olvidar que "la hospitalidad, de hecho, vive del dar y del recibir". En la acogida del extranjero, se abren las puertas a Dios, y en el rostro del otro se manifiestan los rasgos de Jesucristo.

Además del derecho a emigrar, habrá que reconocer y promover el derecho a no tener que emigrar para contribuir al desarrollo del país de origen. Claro que eso incluye el de ayudar a los países del cual salen los emigrantes y los prófugos.

Es hora de practicar la solidaridad, la cooperación, la interdependencia internacional y la distribución equitativa de los bienes de la tierra. "En todo caso, es necesario evitar, posiblemente ya en su origen, la huida de los prófugos y los éxodos provocados por la pobreza, por la violencia y por la persecución".

No olvidemos que el encuentro y la acogida del otro se entrecruzan con el encuentro y la acogida de Dios. Acoger al otro es acoger a Dios en persona. Así nos lo dijo el Señor.

José-Román Flecha Andrés