Para una cultura de la Familia: artículo de José-Román Flecha Andrés en Diario de León (30-12-2012). Festividad Sagrada Familia
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Entre los años 2005 y 2010 se han promulgado en España hasta cinco leyes que "han diluido la realidad del matrimonio y han desprotegido todavía más el bien fundamental de la vida naciente" Esta observación se encuentra ya al principio del documento "La verdad del amor humano", publicado el día 26 de abril de este año 2012 por la Conferencia Episcopal Española (n.4).
Como en tantas otras ocasiones, este documento parece haber quedado relegado muy pronto al cajón de los olvidos. Seguramente se habrá interpretado que es políticamente incorrecto en el marco de un sistema democrático poner en duda la justicia y la moralidad de algunas leyes. Pero ya en la antigua Grecia se glorificaba a Antígona por haber denunciado las decisiones injustas de Creonte.
Entre otras formas de amistad o de vinculación en pareja, este documento presenta el amor conyugal como un amor plenamente humano y total, fiel y exclusivo, fecundo y definitivo. Era necesario subrayar que esas notas propias del amor conyugal pertenecen a su propia naturaleza, no a la religión de los cónyuges (nn. 29-35).
Como era de esperar, el documento dedica una referencia al proyecto creador de Dios. Pensado a imagen y semejanza de Dios, el ser humano ha sido creado como varón y como mujer, destinados ambos a formar "una sola carne". De ahí se deduce la recíproca complementariedad: en el cuerpo y el carácter, en el corazón y la inteligencia, en la voluntad y en el alma (n. 26).
Pero lo más novedoso es la presentación de la "ideología de género", causante del deterioro ético en lo que toca al amor y la sexualidad, la familia y la vida humana en sus orígenes. Era necesario denunciar alguna vez ese dualismo antropológico que reduce la identidad sexual a un mero producto cultural, sin base alguna en la naturaleza (n.56).
En el Encuentro con las familias celebrado en Valencia, Benedicto XVI afirmaba que "la familia es una institución intermedia entre el individuo y la sociedad, y nada la puede suplir totalmente". Citando aquella frase, el documento "La verdad del amor humano" añade ahora que la familia es un "capital social" que requiere ser promovido política y culturalmente (n. 106).
Son muchas las ayudas que se han de prestar en este momento a las familias. La familia, en efecto, "es una lámpara, cuya luz no puede quedarse en el ámbito privado. Está llamada a brillar y ser motor de sociabilidad. Los poderes públicos han de dejar que la familia sea lo que es". Es necesaria una política familiar justa y adecuada (nn. 135-136).
El amor es la piedra clave de la familia y de la sociedad. "De la autenticidad con que se viva la verdad del amor en la familia depende, en última instancia, el bien de las personas, quienes integran y construyen la sociedad" (n. 5). Esa afirmación es tan evidente que podría ser firmada por cualquier persona, creyente o no creyente, de cualquier raza o cultura.
José-Román Flecha Andrés