El periodismo, una vocación, un sacerdocio

El periodista Mario Alcudia reflexiona sobre las palabras del Papa Francisco a los periodistas que cubren la información del Vaticano

Mario Alcudia

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Debo reconocer que sigo bajo los efectos de haber acompañado a los alumnos del Máster COPE en Roma un año más esta semana, con un regalo inesperado, poder saludar al Papa Francisco, teniendo la oportunidad de comentarle el motivo de nuestra presencia allí; esa importante misión en la educación de esos jóvenes periodistas a los que nuestros oyentes escucharán desde este verano a través de estos micrófonos.

Día de audiencia que coincidió además con la celebración de nuestro patrón, San Francisco de Sales, otro guiño de la providencia recibir en este día el aliento del Santo Padre a seguir adelante con esa importante labor que es la comunicación.

Todo ello en una semana en la que, además, Francisco ha recibido a nuestra corresponsal Eva Fernández, que un año más ha ejercido de magnífica anfitriona para este delegación del Máster de Radio; de la que el Papa me dijo; “Eva, qué gran mujer, una gran periodista”. Qué orgullo escucharlo de su voz. Todo ello muy en la clave de ese mensaje que lanzaba a los vaticanistas esta semana, los periodistas extranjeros que ejercen su labor en el Vaticano, a los que reconoció la pasión y el amor con el que informan, así como su duro trabajo.

El Santo Padre que les agradeció no solo por lo que escriben y transmiten, sino también por la perseverancia y paciencia al seguir día tras día las noticias que llegan de la Santa Sede y de la Iglesia. Un encuentro que sirvió también para reflexionar sobre “el arduo trabajo para contar el camino de la Iglesia, para construir puentes de conocimiento y comunicación en lugar de surcos de división y desconfianza”.