Prójimo es el que practica misericordia con el necesitado
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Relata el evangelista Lucas: "Un maestro de la Ley le pregunta a Jesús de Nazaret para ponerlo a prueba: ¿Qué tengo que hacer para heredar la vida eterna? Le contesta: ¿Qué está escrito en la Ley de Moisés? Le responde: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu mente y con toda tu fuerza y a tu prójimo como a ti mismo. Jesús le dice: Has respondido correctamente, haz esto y tendrás vida.
Entonces, el maestro de la Ley le pregunta para justificarse: ¿Quién es mi prójimo? Jesús de Nazaret se lo esclarece valiéndose del siguiente ejemplo: "Un hombre bajaba de Jerusalén a Jericó, cayó en manos de unos bandidos que lo desnudaron, lo molieron a palos y se marcharon dejándolo medio muerto. Por casualidad un sacerdote bajaba por aquel camino y al verlo, dio un rodeo y pasó de largo. Lo mismo hizo un levita que llegó aquel sitio, al verlo, dio un rodeo y pasó de largo.
Pero un samaritano que iba de viaje, al verlo, se compadeció y acercándose, le vendó las heridas echándole aceite y vino, le montó en su propia cabalgadura, le llevó a una posada y le cuidó. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al posadero diciéndole, cuida de él, y lo que gastes de más yo te lo pagaré cuando vuelva. ¿Cuál de estos tres ha sido prójimo del que cayó en manos de los bandidos? El maestro de la Ley, le dijo: El que practicó la misericordia con él. Jesús de Nazaret aprueba dicha respuesta contestándole: Anda y haz tu lo mismo" (Lc. 10, 25-37).
Según dicho relato evangélico, prójimo son la personas que practican la misericordia con las personas necesitadas espiritualmente o materialmente, como son los enfermos, los ancianos, los pobres, huérfanos y emigrantes, sean de la nacionalidad, religión o raza que sean, compadeciéndose, interesándose y ayudándoles en sus necesidades. A cambio, estos deben amar Dios y al prójimo para heredar la vida eterna.
José Barros Guede
A Coruña, 9 de octubre del 2013