¿Qué podemos esperar del Sínodo de la Familia? Reflexión de un padre de familia

¿Qué podemos esperar del Sínodo de la Familia? Reflexión de un padre de familia

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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¿Qué podemos esperar del Sínodo de la Familia? Reflexión de un padre de familia

Con frecuencia hemos escuchado y leído del Sínodo de la Familia comentarios y noticias relativos a la sexualidad, de la apertura a la comunión de los divorciados que se han vuelto a casar y al tema de la homosexualidad. Esas son las cuestiones que más eco han tenido en los medios de comunicación, hasta el punto de parecer los únicos temas abordados.

Hace unos días, el Sínodo ponía fin a esta primera etapa del camino en la que ha destacado la nueva forma de tratar las cosas, con libertad y con claridad, sin miedos; y se abre a un tiempo para profundizar en la reflexión y el trabajo hasta el próximo encuentro de la Asamblea General Ordinaria en octubre 2015 de la cual esperamos los mejores frutos.

Pero ¿qué podemos esperar los creyentes, los padres de familia y toda la Iglesia de este Sínodo? Los pastoralistas de familia y la iglesia entera van a iniciar un plan de trabajo que, en base a la reflexión sinodal, debería dar respuesta al acompañamiento pastoral y a los principales desafíos que tiene la Iglesia para con las familias.

Entre esos desafíos se pueden destacar:

Ojalá que el aporte del Sínodo ayude a los padres y madres a dar ánimo a sus hijos y fortaleza para vivir situaciones nada fáciles como las que en el momento actual han de pasar muchos jóvenes; a ser padres cercanos, comunicativos y dialogantes sin olvidar su papel como educadores; a ser padres expertos en humanidad.

Estamos seguros también de que el Sínodo motivará a descubrir la Palabra de Dios, pues ella ha de ser el fundamento de nuestro compromiso cristiano; Palabra que deja ver cómo Dios expresa el cariño por su pueblo; Palabra que nos hace fijar la mirada en ese Jesús que nos presenta un modelo de familia nuevo y diferente. Así la pedagogía de Jesús orienta a ser familias abiertas, capaces de escuchar el grito de los desheredados; familias que viven de manera coherente, sin derroches, sino más bien siendo solidarios; familias en las que los padres sean faros de luz que guíen a sus hijos en la búsqueda de Dios.

En definitiva, esperamos que este Sínodo de la Familia sea para las familias y para la Iglesia entera un punto de anclaje para continuar la labor evangelizadora y el anuncio de la Buena Noticia.

Elías Pérez

Padre de familia