Ratzinger: la teología de rodillas, por Fidel García Martínez

Ratzinger: la teología de rodillas, por Fidel García Martínez

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Ratzinger: la teología de rodillas, por Fidel García Martínez

El papa Francisco, gran admirador de su predecesor, en contra de la opinión de muchos que se proclaman católicos, y sin embargo, no dudan en descalificar a Francisco para alabar a Benedicto o viceversa, porque para ellos la Iglesia está en función de sus filias o fobias papales, ha prologado el libro del teólogo Ratzinger, Carta de proclamación del Año sacerdotal, el que le demuestra gran respeto y veneración.

Para el Papa Francisco, su predecesor no sólo es un grandísimo teólogo y maestro de la Fe, es un hombre que cree verdaderamente, que ora verdaderamente; un hombre que personifica la santidad, un hombre de paz, un hombre de Dios. Es aún más ha hecho y hace la teología de rodillas. Por eso para el Papa Francisco, el papa Ratzinger es uno de los grandísimos teólogos que han ocupado la Cátedra de San Pedro, comparable al gran papa León Magno, santo y doctor de la Iglesia. Se pueden decir más alabanzas pero no ningún como ésta: ser santo y doctor, aunque ni se haya canonizado ni proclamado oficialmente doctor.

No conforme con esto, el papa Francisco afirma: El papa Benedicto, sigue testimoniando desde su retiro monacal en Mater Ecclesiae que renunciando al ejercicio activo del ministerio petrino ha decidido dedicarse totalmente al servicio de la oración: porque el Señor le llama a "subir al monte" a dedicarse todavía más a la oración y meditación. Lo que no significa abandonar la Iglesia, más aún, si Dios le pide esto es propiamente para que pueda continuar sirviéndola con la misma dedicación y el mismo amor con el que ha tratado a hacerla hasta ahora. Para el Papa Francisco esta dedicación del Papa Benedicto a la oración y contemplación es lo que él llama: teologías de rodillas.

Fidel García Martínez

Foto: 65 aniversario de sacerdocio de Benedicto XVI. Le entregan el libro prologado por el Papa Francisco