Reforma del aborto: Los compromisos electorales son para cumplirlos

Reforma del aborto: Los compromisos electorales son para cumplirlos

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Reforma del aborto: Los compromisos electorales son para cumplirlos (Línea editorial de la Cadena Cope, martes 16 de septiembre de 2014). Ecclesia Digital y el semanario ECCLESIA hacen suyo este editorial de la Cadena Cope sobre la reformsa del aborto y la demora del Gobierno español.

Asimismo hacen suyas las declaraciones del secretario general de la CEE, José María Gil Tamayo, sobre el tema y las del presidente de la CEE, monseñor Ricardo Blázquez, efectuadas, en el mismo sentido, en la apertura del nuevo curso en la Universidad Pontificia de Salamanca (UPSA), el martes 16 de septiembre.Como ha dicho el Secretario General de la Conferencia Episcopal, José María Gil Tamayo, el hecho de que el Gobierno pueda retirar el proyecto de Ley de protección del concebido y de la maternidad es una mala noticia. No sirven excusas acerca de que el Ejecutivo está ocupado en cosas tan importantes como el desafío soberanista o que lleva casi tres años centrado en sacar a España del socavón económico y financiero en el que se encontraba. Todo eso puede ser verdad, pero no es incompatible con defender la vida humana. Es más, defender sin complejos la dignidad de la vida de todos los seres humanos, en cualquier circunstancia, es un principio fundamental para poder luego defender sin contradicción otras cuestiones.

La defensa de la vida humana es tan importante como urgente. A estas alturas de la legislatura resulta increíble que siga en vigor la Ley Aído, en la que se considera que el aborto es un derecho y da, en la práctica, licencia libre para matar a los seres humanos inocentes que están en el vientre de la madre y que van a nacer.

Además, como bien ha recordado el Secretario de la Conferencia Episcopal, los compromisos electorales están para cumplirlos. El Partido Popular se comprometió a reformar la Ley e incluso ha ido poniendo fechas para ello. Sería un escándalo que ahora el Gobierno supeditara los principios fundamentales que pactó con sus votantes al vaivén estadístico y coyuntural de algunos, discutibles, sondeos de opinión.