Refugiados sin refugio, por Severino Calderón Martínez

Refugiados sin refugio, por Severino Calderón Martínez

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

3 min lectura

Refugiados sin refugio, por Severino Calderón Martínez

La XXXI SEMANA DE FRANCISCANOS POR LA PAZ (9-14 mayo de 2016) lleva por lema el titulo de este artículo "REFUGIADOS SIN REFUGIO". Son muchos los emigrantes en busca de libertad, de pan y de dignidad, así como necesitados de pan y vestido, educación y derechos.

Es verdad que muchas personas de buena voluntad han sabido mantener abierto el corazón y las puertas para compartir con aquellos que carecían de todo, manifestando así una fraterna cercanía.

Ante esta situación tan dramática para Europa y para toda la humanidad, es preciso que surja el grito de denuncia a los gobiernos, al tener tantos refugiados sin refugio, que están viviendo situaciones críticas, a veces desesperadas, por las necesidades de todo tipo, que padecen la incertidumbre del futuro por todas partes, porque viven en el agobio del presente.

Como "su nombre es nadie" hemos olvidado que antes que números son personas, con nombres y apellidos, con familias, historias y situaciones particulares que claman al cielo. Muchos son personas mayores y niños, que no han podido llegar a un lugar de acogida y acoplo digno, porque han perdido sus vidas en el mar, víctimas de un viaje sin retorno y sometidos a las vejaciones de verdugos vergonzosos.

Y este permanente rumor sigue latiendo en el corazón de una humanidad, que sabe reconocer el rostro de cada uno, que quiere construir puentes y rechazar la ilusión de "levantar muros" y barreras, que crean división, en vez de ayudar al verdadero progreso de los pueblos, y las divisiones que, antes o después, provocan enfrentamientos.

Los Franciscanos, con el Grupo de San Francisco de Granada, con la adhesión de confer-granada, queremos esforzarnos en la eliminación de las causas de esta dramática realidad. Queremos ser voz de los sin voz y construir la paz allí donde haya guerra, siguiendo el estilo de vida de Francisco de Asís y del papa Francisco. Somos conscientes que tenemos que impedir que este cáncer se propague por otras partes. Para ello nos oponemos firmemente a la proliferación y al tráfico de armas, y a sus tramas, a menudo ocultas; hay que dejar sin apoyos a todos los que conciben proyectos de violencia.

Una semana para reflexionar, orar, celebrar y? vivir un proyecto de colaboración para buscar juntos soluciones dignas del hombre a la compleja cuestión de los refugiados. Es clave la aportación de todos, desde todas las instituciones civiles y religiosas, como una voluntad común de seguir cooperando para que este desafío crucial se convierta en una ocasión, no de confrontación, sino de crecimiento de la civilización del amor.

Ante estas tragedias, los que vivimos en el Espíritu de Asís, creemos que Dios no es indiferente, no está lejos. Es el Padre nuestro, de todos, que nos sostiene en la construcción del bien y en el rechazo del mal. No sólo nos apoya en Jesús de Nazaret, nos ha indicado el camino de la paz. Sólo el que sirve con amor construye la paz. Queremos proteger a las personas y sus tradiciones y tierras, para que nada se destruya, sino que protegiéndonos los unos a los otros, nada se destruya, sino que superemos la cruda indiferenciada los "don nadie" y pongamos rostros y nombre a esta realidad tan dura. Queremos ser custodios de los hambrientos y forasteros, refugiados y peregrinos (cf. Mt 25,35).

Poniendo paz y abrazo, pan y acogida. Ofrecemos un testimonio de fraternidad y solidaridad juntas, con todas las acciones, que a modo de red, sumemos esfuerzos para que los refugiados tengan refugio y se les abran las puertas de la libertad donde se les reconozca por su nombre y con su identidad propia.

Severino Calderón Martínez, ofm