El Reino de Dios según santo Tomás de Aquino
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El Reino de Dios según santo Tomás de Aquino, por Fidel García Martinez
En el Evangelio del III Domingo se afirma: "Marchó Jesús de Galilea y proclamaba la Buena Nueva de Dios: "El tiempo se ha cumplido y el Reino de Dios está cerca: convertíos y creed en la Buena Nueva" Sobre el concepto de Reino de Dios discuten los exégetas y su significado: si es futuro, si es inminente, o ya está presente: si se debe hablar de Reino de Dios o del Reinado de Dios, así como otras cuestiones en las que cada uno pretende decir la última palabra.
Santo Tomas de Aquino, cumbre de la Teología y Maestro insuperable y oficial del Iglesia Católica, según el Magisterio ordinario de los Papa y de los Concilios Modernos, cuya fiesta se celebra el próximo domingo 28, comentado la oración que Cristo nos enseñó, el Padre Nuestro, escribe sobre la petición: VENGA TU REINO: "ello supone tres cosas a saber: que los justos se conviertan, que los pecadores sean castigados y que la muerte quede destruida. Pues los hombres se someten a Cristo de dos maneras: O BIEN contra su voluntad. Siendo la voluntad de Dios tan eficaz que necesariamente se cumple en su totalidad, queriendo Dios que todos se someten a Cristo, que todos las cosas se sometan a Cristo ocurrirá necesariamente uno de dos: o bien que el hombre haga la voluntad de Dios sometiéndose a sus mandato, lo que acontece con los justos, o bien que Dios haga su voluntad castigando a todos los que le desobedecen, y así hará con los pecadores y con sus enemigos. Esto sucederá al fin del mundo cuando Dios ponga a todos sus enemigos por escabel de sus pies. De ahí que para los santos sea muy de desear que venga el Reino de Dios, es decir que ellos mismos se le sometan del todo: en cambio para los pecadores es algo terrible, puesto que pedir que venga el Reino de Dios no es otro cosa que pedir el castigo a ellos reservado por la voluntad de Dios" La conversión que Dios exigió a Nínive para no ser destruida se acomoda perfectamente a la exposición del Doctor Angélico, tan olvidado en estos tiempos tan mediocres para la Ciencia Sagrada que es la Teología.
Fidel García Martinez