La salvación cuelga del mástil

La salvación cuelga del mástil

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El día 14 de septiembre celebramos la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz. La invasión de los persas de Cosroes se la había llevado de Jerusalén. Esta fiesta recuerda cómo, vencidos los invasores, el emperador bizantino Heraclio la devolvió a la ciudad. Hoy nos invita a preguntarnos qué papel juega la cruz en nuestras vidas.

La otra cruz, la espiritual, es el verdadero problema. No aceptamos nuestras cruces. Y, al mismo tiempo imponemos cruces pesadas sobre los hombros de los demás. Las cruces del hambre y de la marginación, del desprecio y del abandono, de la miseria y de la guerra, de la violencia y del despojo.

En ese contexto, Jesús le recordó la imagen de la serpiente que Moisés levantó en un mástil, izado en medio del campamento israelita. Los que volvían sus ojos hacia aquel amuleto se veían libres de las mordeduras de las víboras (Núm 21,4-9).

Jesús anunció que también él habría de ser levantado en alto. Para alcanzar la salvación habría que volver la vista a Jesucristo, levantado sobre la cruz. Pues bien, mirarle a él equivale a creer en él y aceptarlo como Salvador.

fuera en un árbol vencido, por Cristo nuestro Señor".

Levantado sobre intereses y prejuicios, por encima del ansia de tener, de poder o de placer, Jesús se convierte en fuente de esperanza. Levantado en la cruz, es el signo eficaz de la salvación y de la nueva alianza que Dios ofrece a la humanidad.

En la cruz Dios responde a nuestras expectativas más profundas. El poste vertical se convierte en cruz al encontrarse con el travesaño horizontal. La vida eterna es don que viene de lo alto, pero espera la acogida de los que hacen de la fe una convicción y un compromiso de vida, un anuncio y una entrega.