San Buenaventura: paradigma del pensador católico

San Buenaventura: paradigma del pensador católico

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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San Buenaventura, junto con Santo Tomás de Aquino y San Alberto Magno, son tres de los pensadores más importantes de la historia del pensamiento católico. Nacido en la Toscana, de niño fue curado por intersección de San Francisco de Asís de una enfermedad, lo que motivó, por promesa de su madre, su ingreso temprano en la familia franciscana, en donde se embebió del espíritu dulce y pobre del Francisco de Asís y del pensamiento de San Agustín.

Ejerció la docencia en la Universidad de París junto con Santo Tomás, a pesar de la fuerte oposición de algunas autoridades académicas que consideraban a los frailes mendicantes como intrusos competitivos y con parca preparación intelectual. Algo que se demostró como tendencioso y fuera de la realidad. Luchó con denuedo por fomentar los estudios eclesiásticos en la Orden la Orden Franciscano, frente a los que los criticaban, como una vanidad y un pasatiempo sin valor para la vida espiritual.

Nombrado arzobispo en 1265 de York, pidió al Papa que rescindiese su nombramiento a la que el Pontífice accedió temporalmente. No obstante después aceptó con humildad el obispado de Albano y posteriormente el cardenalato en 1273. Asistió al concilio de Lyon, en el que tuvo un protagonismo destacado en los intentos ecuménicos por la unión de la Ortodoxia Griega con Roma, pero murió cuando el concilio terminaba, el 15 de julio 1274. El Romano Pontífice, Gregorio X asistió a las honras fúnebres. Escritor prolífico y profundo sus obras abarcan deede comentarios a la Sagrada Escritura, Tratados de Teología Dogmática y Mística, sermones, y cartas en las trataba asuntos relacionados con la problemática de la Orden Franciscana. En todo su pensamiento teológico y filosófico predomina la Influencia de San Agustín: predominio de la afectividad sobre la racionalidad. San Buenaventura puede considerarse como el filósofo de la Vida Cristiana; se sirve tanto de la fe como de la razón para elaborar una síntesis magistral y profundamente dinámica.