Un viaje a Tierra Santa ? Capítulo Undécimo
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Un viaje a Tierra Santa – Capítulo Undécimo
Jerusalén está formada por la ciudad vieja amurallada y por la ciudad nueva y moderna sin murallas. La ciudad vieja se compone de cuatro barrios: El cristiano, el musulmán, el hebreo y el armenio. Con la ayuda de nuestros guías, recorrimos los cuatro barrios. En el barrio cristiano se encuentra el templo basílica del Santo Sepulcro, los Patriarcados latino, greco latino, greco ortodoxo y copto, la Custodia de Tierra Santa de los religiosos franciscanos, el Hospicio Armenio y varios templos más. Se acede a este barrio cristiano por la puerta Nueva.
En el barrio musulmán se halla el monte Moria, donde están las mezquitas Omar y Aqsa, y el monte Bezetha donde se encuentran la capilla de la Flagelación de las hermanas de Sión, la iglesia de Santa Ana, la piscina Probática y parte de la vía Dolorosa. Se accede a él por las puertas de San Esteban, de Herodes y de Damasco. Sus calles están llenas de bazares que ofrecen una gran variedad de imágenes religiosas, antigüedades, orfebrería, vidrio de Hebrón, túnicas y alfombras, y de mercadillos que venden especies, condimentos y dulces en bandejas.
En el barrio armenio se encuentra la ciudadela de rey David, el patriarcado y el seminario Armenio ortodoxo, el tempo de San Marcos de los Sirios, el templo de Santiago el Mayor y el monasterio Maronita. Se accede a él, por la puerta de Yafo o por la de Sión. En el barrio hebreo se hallan el muro de las lamentaciones, una pequeña explanada, numerosas sinagogas y excavaciones de piedras. Se accede a él por las puertas de Sión y del Estiércol.
La ciudad vieja amurallada la reivindican los palestinos como capital del Estado palestino, los israelitas como capital del reino de Israel, y los cristianos como patrimonio cristiano y universal. En ella, vimos diversidad de personas de color blanco, negro, amarillo y cobrizo, y variedad de indumentarias, desde los hábitos de los religiosos cristianos, los capotes jasídicos, las jalabiyas musulmanas a los vestidos actuales de las diversas culturas de los países; y oímos el repique de las campanas y los gritos de los almuecines llamando a la oración.
Alrededor de la ciudad vieja amurallada de Jerusalén se encuentra la ciudad nueva y moderna, nacida en el siglo XIX, en la que la que los judíos construyeron sus viviendas y sinagogas y los cristianos sus monasterios. En ella, vimos el Cenáculo o Comedor en el que Jesús de Nazaret tuvo su Última Cena con los apóstoles en el atardecer del jueves santo. En ella se encuentra el hotel Holylanda donde pudimos ver la maqueta de la ciudad de Jerusalén que conoció Jesús de Nazaret, que fue la del segundo Templo. Este trabajo lo llevó a cabo un equipo de arqueólogos bajo la dirección del profesor Avi Yona de la universidad hebrea de Jerusalén.
Hoy día, la ciudad nueva de Jerusalén es muy moderna. Se extiende sobre todo al oeste. En ella, se halla el parlamento israelita, las residencias del jefe del Estado y del Gobierno de Israel con sus ministerios, el campus de la universidad hebrea, los museos de Israel y del Libro, el cementerio militar, el monasterio ortodoxo de la Cruz, la catedral de Rusia, la Notre Dame de Francia, el museo Rockefeller, el monumento Herzl, el centro memorial Kennedy de convenciones.
En la zona este de la ciudad nueva, se encuentran los lugares sagrados que Jesús de Nazaret pisó en su vida. En ella, vimos junto a modernos bufetes de abogados a numerosos escribanos que redactan documentos con máquinas de escribir. En el barrio Meha Shearim viven los judíos religiosos vestidos de traje negro con sombrero y con barbas. Aplican la ley de Moisés al pie de la letra.
Jerusalén en su historia ha sufrido muchas guerras, destrucciones y mucha sangre ha corrido sobre sus piedras. Hoy es una ciudad cosmopolita y llena de contrastes. Su ciudad nueva y moderna tiene aproximadamente una población de seiscientos mil habitantes, en su mayoría judíos y posee numerosos hoteles, restaurante y lugares de esparcimiento. Su ciudad vieja amurallada tiene sobre unos ciento cuarenta mil, de los cuales, ciento veinte mil son árabes, catorce mil cristianos y seis mil judíos.
Entre los hoteles, podemos citar el King David, de cinco estrellas, donde se suelen hospedar los jefes de Estado que visitan Jerusalén, el Hyatt Regency en el monte Scopus, de cinco estrellas, el Nacional Palace, de tres estrellas, cuya cocina tiene gran fama, y Windmill, muy funcional recomendado para peregrinos y turistas por su comodidad y por sus precios.
Entre los restaurantes, podemos recomendar Don Pini en la calle Yafo, excelente por sus comidas deliciosas, el Hatzrif en la calle Horkanos que sirve exquisita comida francesa y autóctona, el Gaucho en la calle Yosef Rivlin que sirve asado suramericano con excelentes vinos de país y el patio del hotel Ymca que ofrece un menú variadísimo en medio de un ambiente religioso.
Entre los lugares de espaciamiento, citamos a las cafeterías, Citaler Bar en pórtico de Jaffa, y Tayelet en el paseo Sherovers desde donde se puede observar una impresionante panorámica de la ciudad vieja amurallada y de la ciudad nueva y moderna de Jerusalén. Como lugares de compras, citamos a Cadim en la calle Joe Salomon donde se venden cerámicas clásicas y modernas y al famoso Bazar dentro de la ciudad vieja amurallada, donde encontramos toda clase de clase de imágines religiosas cristinas, túnicas, alfombras, cerámicas y platería
Su clima, desde mayo a octubre es cálido y seco, y desde noviembre a abril es bastante frio. A pesar de todo, Jerusalén respira un hay de transcendencia que no tiene Roma, Atenas y el Cairo. De ahí, la afluencia de peregrinos y turistas que la visitan diariamente.
José Barros Guede
A Coruña, 30 de julio del 2015
Continuaremos en capítulos siguientes