Memoria de Benedicto XVI (10): Diez trazos para un retrato

Memoria de Benedicto XVI (10): Diez trazos para un retrato

Jesús de las Heras

Publicado el - Actualizado

2 min lectura

¿Cuáles serían los trazos de este retrato? He aquí diez pinceladas de este retrato.

1.- De Benedicto XVI hemos admirado su sello personal: sencillo, humilde, familiar, tímido, reflexivo, inteligente, brillante.2.- Desde estas claves también ha sobresalido su espléndida formación humanística, filosófica y sobre todo teológica.

3.- Quienes lo han tratado personalmente han destacado siempre la suma delicadeza de su trato, su capacidad de escucha y el don de la acogida.

4.- Sin exhibicionismos de ningún tipo, de Benedicto XVI hemos comprobado también un talante de honda espiritualidad, bien anclada en la Palabra de Dios y en la Patrística; su piedad y su condición de hombre de oración, amante de la liturgia y buen conocedor de su esencia y sentido profundo.

5.- Sacerdote y teólogo, como las dos claves de su ADN personal y ministerial, ha sido el Papa de la palabra y de la verdad, el Papa humilde y sabio, el Papa vulnerable y fuerte, el Papa sereno y luminoso, el Papa apacible y firme.

6.- Desde los anteriores parámetros y desde su vida entera, Joseph Ratzinger-Benedicto XVI ha servido siempre al fomento y a la búsqueda del diálogo razón y fe, ciencia y religión, iglesia y cultura, ley natural y legislaciones positivas, fundamentos prepolíticos y democracia.

7.- Impagable y luminosa ha sido igualmente su contribución para una lectura adecuada del Concilio Vaticano II. Es la lectura de la hermenéutica de la continuidad, de la acogida creativa de la novedad en la continuidad y en la fidelidad.

8.- Y dígase lo mismo ?esto es, continuidad, reactualización y profundización? de su aportación al magisterio de la Doctrina Social de la Iglesia.

9.- La vuelta a las raíces, a lo esencial, a centrar, en suma, la mirada en Jesucristo, el Señor de la Iglesia, el Señor del tiempo y de la historia, ha sido igualmente uno de los acentos y énfasis más reiterados durante estos años. Ello se ha traducido en un esfuerzo constante por hacer presente a Dios a un mundo que vive como si Dios no existiera y por mostrar cómo ni Dios ni su Iglesia son los enemigos de la humanidad, sino todo lo contrario. Y es que la vida del hombre tiene un origen, un camino y un destino, un pasado, un presente y un futuro en Cristo, en el Dios del Amor.

10.- Y por último cómo subrayar y agradecerle la honestidad, la valentía, la fortaleza, la constancia, la humildad y la capacidad de perdón para afrontar las crisis y las críticas, como las vividas desde las polémicas tras el discurso de Ratisbona a la crisis de la pederastia, desde el boicot de una ínfima parte de la comunidad educativa a su presencia en la Universidad La Sapienza de Roma a la manipulación de sus declaraciones sobre los preservativos en su viaje a África, o desde el Vatileaks a su último gesto de renuncia al ministerio petrino.