San Juan de Ávila, maestro y doctor del amor de Dios

San Juan de Ávila, maestro y doctor del amor de Dios

Jesús de las Heras

Publicado el - Actualizado

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[box_light]Jesús de las Heras Muela – Director de Ecclesia[/box_light]

[dropcap]E[/dropcap]l 10 de mayo es la fiesta de San Juan de Ávila, patrono del clero secular español. En su honor, en la mayoría de las diócesis españolas se celebrar en este día ?o en otra fecha próxima- una jornada de fraternidad sacerdotal, en muchos los casos en homenaje a los sacerdotes que celebran en el año en curso sus bodas sacerdotales. Con toda seguridad esta vez será la última que se celebre la memoria litúrgica del santo antes de su proclamación como doctor de la Iglesia.

Fechas recientes

El Maestro Juan de Ávila es unas figuras más señeras de la Iglesia del siglo XVI. Forma parte de la extraordinaria generación de santos y santas con que la Iglesia respondió a las recias y turbulentas horas de la reforma protestante. 500 años después, San Juan de Ávila sigue siendo todo un maestro de evangelizadores, un modelo de vida cristiana y un seguro intercesor, que debemos conocer, imitar e invocar.

San Juan de Ávila es el patrono del clero español desde el 2 de julio de 1946, siendo todavía beato. Fue el Papa Pío XII quien concedió este patronazgo. El 31 de mayo de 1970 fue proclamado santo por el Papa Pablo VI. Fue beatificado por el Papa León XIII el 4 de abril de 1894.

El 20 de agosto de 2011, en el final de la misa que el Papa Benedicto XVI presidió en la catedral de la Almudena de Madrid con ocasión de la JMJ, el mismo Pontífice anunció con las siguientes palabras la aprobación de la causa seguida ante la Congregación para las Causas de los Santos para su declaración como doctor de la Iglesia: "Con gran gozo, quiero anunciar ahora al pueblo de Dios, en este marco de la Santa Iglesia Catedral de Santa María La Real de la Almudena, que, acogiendo los deseos del señor presidente de la Conferencia Episcopal Española, eminentísimo cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid, de los demás hermanos en el episcopado de España, así como de un gran número de arzobispos y obispos de otras partes del mundo, y de muchos fieles, declararé próximamente a San Juan de Ávila, presbítero, Doctor de la Iglesia universal.

Al hacer pública esta noticia aquí, deseo que la palabra y el ejemplo de este eximio Pastor ilumine a los sacerdotes y a aquellos que se preparan con ilusión para recibir un día la sagrada ordenación. Invito a todos a que vuelvan la mirada hacia él, y encomiendo a su intercesión a los Obispos de España y de todo el mundo, así como a los presbíteros y seminaristas, para que perseverando en la misma fe de la que él fue maestro, modelen su corazón según los sentimientos de Jesucristo, el Buen Pastor, a quien sea la gloria y el honor por los siglos de los siglos. Amén".

Por su parte, el cardenal Antonio María Rouco Varela, arzobispo de Madrid y presidente de la CEE, pronunció estas palabras de agradecimiento: "Santidad: ¡Muchas gracias! ¡Muchas gracias! Como presidente de la Conferencia Episcopal Española, que ha promovido la Causa del Doctorado de San Juan de Ávila, en nombre de los hermanos en el episcopado de España, aquí presentes en su totalidad, en nombre también de los sacerdotes, seminaristas y de todos los fieles, deseo expresar a Vuestra Santidad la más sincera gratitud por haber acogido nuestra súplica y la de muchos otros obispos y fieles de todo el mundo. Esperamos con alegría que Vuestra Santidad determine la fecha de la solemne declaración del santo Patrono del clero español como doctor de la Iglesia universal para acudir a Roma a dar gracias a Dios por ese don tan grande que la Providencia divina otorga a toda la Iglesia por medio del ministerio de Vuestra Santidad. Laus Deo".

Preparando la celebración de su doctorado

La Conferencia Episcopal Española ha sido la postuladora de la causa del doctorado de San Juan de Ávila. El anuncio de la fecha de la celebración del mismo podría ser inminente y la fecha de la citada celebración podría ser en octubre próximo en Roma.

Durante la última Asamblea Plenaria de la CEE, desarrollada en Madrid del 23 al 27 de abril, los obispos han aprobado un mensaje sobre el santo, a quien se denomina "doctor del amor de Dios". "Sepan todos que nuestro Dios es Amor" es el título del mensaje.

Por otro lado, la diócesis de Córdoba, a cuyo presbiterio perteneció el santo y en cuya ciudad de Montilla falleció en 1569, ha preparado un relicario procesional con las reliquias de santo que, por el momento, ya ha estado en Madrid y en distintos lugares de las diócesis de Córdoba, Jaén, Cartagena, ahora está en Granada y en la fiesta del santo irá a Sevilla.

El relicario es obra del escultor cordobés Antonio Bernal y del orfebre Manuel Valera y representa a San Juan de Ávila instruyendo a sus discípulos en el patio de su casa de Montilla. El relicario de plata atesora el corazón y otras reliquias del santo como una clavícula. Ha sido ofrenda del presbiterio diocesano de Córdoba y se presentó y bendijo con ocasión de la JMJ 2011 Madrid. Está destinado a fomentar el culto del patrono del clero secular español.

Apuntes biográficos

Nació en Almodóvar del Campo (Ciudad Real) el 6 de mayo de 1500. Falleció en Montilla (Córdoba) el 10 de mayo de 1569. Su fecundo y ejemplar ministerio sacerdotal arrancó en 1526. Quería ser misionero. Pero en realidad fue el gran apóstol y evangelizador de Andalucía, recién vuelta al cristianismo tras los años de dominación musulmana. Las diócesis y tierras de Sevilla, Córdoba, Jaén, Granada y Jerez de la Frontera son testigos de su celo, predicación, acción, escritos, cartas y virtud sacerdotal. Creó quince escuelas y fundó una universidad. Hombre dotado también de gran sentido práctico, realizó algunos inventos.

Juan de Ávila era de familia noble y pudiente. Tras estudiar Leyes, Artes y Teología, en 1526 recibe la ordenación sacerdotal y reparte todos sus bienes entre los pobres. Marcha a Sevilla con intención de irse como misionero a América. Pero el arzobispo hispalense le manda quedarse en la capital andaluza para evangelizar. Comienza su intensa actividad evangelizadora que tendrá a Andalucía como su epicentro. Predica, confiesa, escribe y enciende las almas y los corazones. Tras Sevilla, evangeliza en Córdoba, Granada y Jaén. A partir de 1539 funda Colegios y Universidades, también en tierras andaluzas y extremeñas, y crea grupos o escuelas sacerdotales. En 1560 se retira a la localidad cordobesa de Montilla, donde muere el 10 de mayo de 1569, agotado por sus trabajos y enfermedades, diezmado por sus penitencias y confortado por su vida de ardiente caridad, de intensa oración y de amor a la cruz de Jesucristo.

Maestro y confesor de grandes santos

San Juan de Ávila destacó también en su condición de confesor y director espiritual. Intervino en las conversiones de San Juan de Dios y de San Francisco de Borja. Pasado el tiempo influirá también de manera notable en San Antonio María Claret (siglo XIX). Otros excepcionales santos del siglo XVI se beneficiaron de su amistad y de su consejo espiritual como Santa Teresa de Jesús, San Pedro de Alcántara, San Juan de Ribera, San Ignacio de Loyola… Con ellos integra aquella espléndida pléyade de cristianos extraordinarios surgidos en la Iglesia de la reforma protestantes y posterior reforma tridentina. San Juan de Ávila envió informes – "Memoriales"- muy valorados para el Concilio de Trento.

"Audi, filia", "Tratado sobre el sacerdocio", "Sobre el amor de Dios", "Sermones", "Comentarios a la primera carta de San Juan y a la carta de San Pablo a los Gálatas", "Doctrina Cristiana" y los ya citados "Memoriales" son algunas de sus obras, de alto valor espiritual, pastoral y literario. A él se le atribuye la primera traducción al español de "La imitación de Cristo" de Tomás de Kempis, edición presentada además con una valiosa presentación salida de su pluma.

Un legado que permanece

Hombre en contacto permanente con la cultura de su tiempo, maestro de fe y de oración, bien nutrido del conocimiento y aprecio por la Sagrada Escritura, el magisterio de San Juan de Ávila destila un ardiente amor por Jesucristo, una vivencia inequívoca y fecunda del misterio de la cruz, un profundo sentido de Iglesia y un gran realismo humano, pastoral y espiritual.

Es modelo de la espiritualidad específica del sacerdote secular o diocesano -como lo fue él, pero no perteneció a ninguna Orden religioso, sino a los presbiterios de las diócesis a las que sirvió- y una referencia siempre actual y válida de la identidad y ministerio propios del sacerdote de entonces, de ahora y de todos los tiempos.

La liturgia de la Iglesia le ha dedicado la siguiente oración para el día de su fiesta: "Oh Dios, que hiciste de San Juan de Ávila, un maestro ejemplar para tu pueblo por la santidad de su vida y por su celo apostólico: haz que también en nuestros días crezca la Iglesia en santidad por el celo ejemplar de sus ministros". Esta plegara expresa fehacientemente la identidad del santo, su interpelación y la necesidad de su intercesión.