Ana Isabel Hernández

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Alfonso V. Carrascosa

Publicado el - Actualizado

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Ana Isabel Hernández es una joven científica católica que trabaja en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), cuya misión esencial es llevar a cabo una investigación de excelencia y ofrecer tecnología innovadora en el ámbito del cáncer al Sistema Nacional de Salud y al Sistema Nacional de Ciencia e Innovación. Se trata del primer centro en España en la investigación contra el cáncer y el quinto en el mundo.

Doctora en Química, Ana I. Hernández desarrolla su actividad científica en el Grupo de Complejos Macromoleculares en la Respuesta a Daños en el DNA, que se interesa sobre todo por unas enzimas llamadas ATPasas relacionadas con varios procesos celulares relevantes en el cáncer, incluida la anemia de Fanconi, la remodelación de la cromatina, la descomposición del ARNm mediada por tonterías (NMD) y el ensamblaje y la activación de grandes complejos macromoleculares, proporcionando una nueva comprensión estructural y mecánica de cómo funcionan estas ATPasas, lo que será útil para explorar nuevas formas de atacar estas proteínas. Para ello, combinan la bioquímica y la biología molecular y celular con métodos de microscopía crioelectrónica que les permiten visualizar complejos macromoleculares individuales y resolver su estructura en alta resolución.

Ana se confiesa católica practicante, y de ella ya se ha hablado en alguna ocasión aquí . Pero su fe católica tuvo un antes y un después a partir de un hecho insólito: su curación instantánea e irreversible de una ceguera causada por una enfermedad degenerativa, gracias fundamentalmente a las insistentes oraciones de su madre. Lo ha contado ella misma en un magnífico video de Juan Manuel Cotelo . Ana Isabel dice que lo más importante no fue tanto la curación de su ceguera como la sanación de su alma. En otro orden de cosas y salvando las distancias, algo parecido conamos en su día que le pasó a Alexis Carrel: aunque en principio corrió peor suerte, porque fue expulsado de la universidad al confesar creer en los milagros de Lourdes, finalmente obtuvo e Premio Nobel.

CONTRA FACTUM NON VALET ARGUMENTUM