Antonio Fernández Rañada

Uno de los grandes promotores de la conciliación ciencia-fe nos acaba de dejar. Su gran legado: «Los científicos y Dios», libro más que recomendable en este ámbito

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Alfonso V. Carrascosa

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Nos acaba de dejar uno de los grandes españoles contemporáneos en cuanto a conciliación ciencia-fe se refiere, Antonio Fernández Rañada (1939-2022). En él se dio la doble vertiente de ser católico toda su vida y dedicarse profesionalmente a la investigación científica, además de destinar tiempo a dar a conocer lo que en la Iglesia Católica se entiende como compatibilidad ciencia-fe, y que es de proyección universal. Nació en Oviedo y falleció en Madrid, donde desarrolló la práctica totalidad de su carrera científica, como tantísimos.

Sin duda que Leandro Sequeiros SJ es uno de sus mejores conocedores, lo que se desprende de un artículo suyo sobre él publicado hace unos años en Fronteras del que tomo casi literalmente los siguientes párrafos. Se licenció en Física en la Universidad Complutense de Madrid y se doctoró en la Universidad de París, en 1965, con una tesis sobre partículas elementales titulada «Causalidad y Matriz S», bajo la dirección de François Lurçat . Con una segunda tesis, titulada «Propiedades analíticas en la difusión pión-nucleón» y dirigida por Alberto Galindo Tixaire, obtuvo también el doctorado en la Complutense en 1967. Trabajó en la antigua Junta de Energía Nuclear, actualmente Centro de Investigaciones Energéticas y Medioambientales, CIEMAT.

Fue profesor agregado de Mecánica Cuántica en la Universidad de Barcelona, y de Física Teórica de la Universidad Complutense de Madrid; después, catedrático de Física Matemática en la Universidad de Zaragoza y catedrático de Mecánica Teórica y de Física Teórica de la Complutense, donde ocupó la cátedra de Electromagnetismo. Su investigación científica se centró en la física de partículas elementales, dinámica no lineal y varios temas de física matemática. También se dedica a la relación entre topología y cuantificación en electromagnetismo y algunas cuestiones de cosmología .

A lo largo de su carrera, también ha dedicado atención a la relación de la ciencia con otros sistemas sociales. Fue director del Grupo Interuniversitario de Física Teórica (GIFT) y fundador y director durante diez años de Revista Española de Física .

Por otro lado, fue premio de Investigación en Física de la Real Academia de Ciencias (1997), así como Medalla de la Real Sociedad Española de Física (1985). Recibió el Premio Internacional de Ensayo Jovellanos (1994) por su libro de humanismo Los muchos rostros de la ciencia y la Medalla de Plata del Principado de Asturias (1999). Fue presidente del Consejo de las Artes y las Ciencias del Principado de Asturias y de la Real Sociedad Española de Física, y miembro del Consejo de la European Physical Society . Formó parte del jurado del premio Princesa de Asturias de Investigación Científica y Técnica.

En el plano de la conciliación ciencia-fe escribió el que sin duda se encuentra entre los libros más importantes sobre dicho tema del siglo XX español: Los científicos y Dios. Uno de los primeros que leí tras introducirme en la temática después de leer Leyendas negras de la Iglesia de Vittorio Messori.

CONTRA FACTUM NON VALET ARGUMENTUM