Benedicto XVI y los Reyes Magos

Después de lo narrado en los Evangelios sobre los Reyes Magos, quizás sean los escritos de Benedicto XVI los que mejor puedan aproximarse a la historicidad de estos personaje

Benedicto XVI y los Reyes Magos

Alfonso V. Carrascosa

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No se puede negar la historicidad de los Reyes Magos basándose en hechos científicos, sino más bien todo lo contrario. Benedicto XVI se refirió en varias ocasiones a estos personajes en sus intervenciones y escritos. Destacan a mi entender dos momentos álgidos en relación a este asunto: la JMJ de 2005 en Colonia y el texto incluído en su libro ‘La infancia de Jesús’. Vaya por delante que un humilde servidor jamás ha dudado de la existencia de los Reyes Magos, por más que algunas divagaciones teológicas pseudocientíficas escritas por ‘sesudos’ católicos y no católicos sigan enturbiando la verdad de los hechos.

Algunos supimos en la JMJ 2005 en Colonia que existía reliquias de los Reyes Magos. Fue el 23 de julio de 1164 cuando llegaron a dicha ciudad provenientes de Milán. Atravesaron los Alpes escoltadas por el arzobispo de Colonia Reinald von Dassel, no sin dificultades, y contribuyendo su traslación a fraguar la conciencia de los orígenes cristianos de Europa. Por ser los primeros peregrinos cristianos, después de la Sagrada Familia de Nazaret y del mismo Cristo que dejó el Cielo para venir a la Tierra, se les ha considerado patronos del buen viaje. Así parece atestiguarlo la fíbula áurea redonda del tesoro sepulcral Granja del Turuñuelo que se conserva en el Museo Arqueológico de Madrid, sección España visigoda, donde aparece representada una adoración de los Magos y unas inscripciones alusivas.

Declaraciones en Colonia

En agosto de 2005, durante la JMJ de Colonia, Benedicto XVI dijo sobre los Reyes Magos cosas tales como:

«La ciudad de Colonia no sería lo que es sin los Reyes Magos, que tanto han influido en su historia, su cultura y su fe. En cierto sentido, la Iglesia celebra aquí todo el año la fiesta de la Epifanía…Por eso, antes de saludaros a vosotros, queridos habitantes de Colonia, he querido recogerme unos instantes en oración ante el relicario de los tres Reyes Magos, dando gracias a Dios por su testimonio de fe, de esperanza y de amor…».

Continuaba el Pontífice asegurando que «en su peregrinación por Europa, esas reliquias han dejado huellas evidentes, que aún hoy permanecen en los nombres de lugares y en la devoción popular…Los Magos que vienen de Oriente son sólo los primeros de una larga lista de hombres y mujeres que en su vida han buscado constantemente con los ojos la estrella de Dios, que han buscado al Dios que está cerca de nosotros, seres humanos, y que nos indica el camino…Por eso nos alegramos de pertenecer a esta gran familia que vemos aquí; de tener hermanos y amigos en todo el mundo. Justo aquí, en Colonia, experimentamos lo hermoso que es pertenecer a una familia tan grande como el mundo, que comprende el cielo y la tierra, el pasado, el presente y el futuro de todas las partes de la tierra. En esta gran comitiva de peregrinos, caminamos junto con Cristo, caminamos con la estrella que ilumina la historia».

Por otro lado, en el capítulo IV de ‘La infancia de Jesús’ (2012) Benedicto XVI habló de los Reyes Magos en estos términos:

«¿Qué clase de hombres eran esos que Mateo describe como «Magos» venidos de «Oriente»?...Los hombres de los que habla Mateo no eran únicamente astrónomos. Eran «sabios»; representaban el dinamismo inherente a las religiones de ir más allá de sí mismas; un dinamismo que es búsqueda de la verdad, la búsqueda del verdadero Dios, y por tanto filosofía en el sentido originario de la palabra…Podemos decir con razón que representan el camino de las religiones hacia Cristo, así como la autosuperación de la ciencia con vistas a él. Están en cierto modo siguiendo a Abraham, que se pone en marcha ante la llamada de Dios. De una manera diferente están siguiendo a Sócrates y a su preguntarse sobre la verdad más grande, más allá de la religión oficial. En este sentido, estos hombres son predecesores, precursores, de los buscadores de la verdad, propios de todos los tiempos».

Búsqueda de la verdad

Podríamos decir que los Reyes Magos eran científicos de la época abiertos a la Verdad, como siguen existiendo hoy. En el libro, de lectura más que recomendable, termina indicando la posibilidad de que su proveniencia geográfica sea Tartessos, situado históricamente en la actual Andalucía española. El propio Benedicto XVI concluye sus reflexiones sobre los Magos señalando algo muy interesante y de ayuda para todos nosotros hoy:

«¿Es verdaderamente historia acaecida, o es sólo una meditación teológica expresada en forma de historias? A este respecto, Jean Daniélou observa con razón: "A diferencia de la narración de la anunciación [a María], la adoración de los Magos no afecta a ningún aspecto esencial de la fe. Podría ser una creación de Mateo, inspirada por una idea teológica; en ese caso, nada se vendría abajo" (p. 105). El mismo Daniélou, sin embargo, llega a la convicción de que se trata de acontecimientos históricos, cuyo significado ha sido teológicamente interpretado por la comunidad judeocristiana y por Mateo. Por decirlo de manera sencilla: ésta es también mi convicción. Pero hemos de constatar que en el curso de los últimos cincuenta años se ha producido un cambio de opinión en la apreciación de la historicidad, que no se basa en nuevos conocimientos de la historia, sino en una actitud diferente ante la Sagrada Escritura y al mensaje cristiano en su conjunto».

No hay , por tanto, a juicio de Benedicto XVI, motivos para dudar de la historicidad de los Reyes Magos: sus textos nos vacunan contra esa enfermedad católico-progre de dudar de la veracidad científica de nuestra fe.