Enrique Gutiérrez Ríos

Padre de familia, catedrático de universidad y presidente del CSIC en 1973-74, entregó su vida al desarrollo de la Química española

enrique gutierrez rios científico y católico

Alfonso V. Carrascosa

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Una buena pregunta sería: ¿Ha tenido algo que ver con el desarrollo contemporáneo de la química española un padre de familia con 6 hijos y del Opus Dei? Para sorpresa de muchos católicos, y no digamos de laicistas de todo género, la respuesta es ¡Sí! Es el caso del licenciado en Farmacia y doctor en Ciencias Químicas Enrique Gutierrez Ríos (1915-1990), catedrático de universidad y presidente del CSIC en 1973-74, organismo científico mayor y más longevo de la historia de España, fundado por los católicos Ibáñez-Martín y Albareda en 1939.

Sin embargo, la memoria histórica objetiva debe incluir a personajes como éste. Precisamente a él le debemos el mejor libro hasta ahora escrito sobre la personalidad de Jose Mª Albareda, titulado “Albareda: una época de la cultura española” -en el que se adentra en aspectos espirituales de su figura como sólo los que tenemos alguna sensibilidad religiosa somos capaces de plasmar- y la mejor necrológica del fallecimiento de san Jose Mª Escrivá de Balaguer, leíble en la hemeroteca de ABC, en la que comenta cosas tales como: “Aunque hablara a una gran concurrencia, siempre la persona estaba en primer plano –cada persona, concreta, única, insustituible–. Decía que, en lo espiritual, cada criatura requiere una asistencia concreta, personal; que ¡no pueden tratarse las almas en masa!”.

Como se recoge en la propia web del CSIC, su vida científica estuvo estrechamente vinculada al CSIC desde sus orígenes, institución en la que ocupó diversos cargos entre los que cabe destacar: distintas responsabilidades en los Patronatos "Alonso de Herrera" y "Alfonso el Sabio", director de la Estación Experimental del Zaidín de Granada (1954-1957) y del Instituto de Química Orgánica "Elhuyar" (1983-4), y vicepresidente (1967-1971). Ocupó, asimismo, responsabilidades en instituciones científicas públicas y privadas: Presidente de la Real Sociedad Española de Física y Química (1966-1970), Presidente del Consejo Nacional de Educación (1968) y vocal de la Comisión Asesora de Investigación Científica y Técnica. Fue Doctor honoris causa por la Universidad de Granada (1972). Recibió los premios Francisco Franco de Ciencias (1966) y José María Albareda (1969), precisamente por la escritura del libro al que antes hacía referencia. Fue miembro de las Reales Academia de Farmacia (1983) y de Ciencias Exactas, Físicas y Naturales (1985). Estaba en posesión de la Gran Cruz de la Orden Civil de Alfonso X el Sabio (1964).

Ocupó varias presidencias además de la del CSIC, entre las que cabe recordar: Presidente de la Comisión Asesora de Investigación Científica y Técnica de la Presidencia del Gobierno (1968-73), Presidente del Consejo Nacional de Educación, Presidente de la Real Sociedad Española de Física y Química (1966-70) y fue además Consejero del Reino por las Universidades Española y Director del Instituto de Química Inorgánica "Elhuyar" del CSIC.