Ideología de género y Salmo 21

Uno de los principales errores de la ideología de género, digamos el más anticientífico, es poner el sentimiento como criterio de verdad, algo que Dios revela como falso

Ideología de género y Salmo 21

Alfonso V. Carrascosa

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Propagar eso de que ‘… es lo que tú sientas…’ no parece acertado en muchos casos. El filósofo Dietrich Von Hildebrand habló largo y tendido sobre este error lamentablemente tan extendido hoy día: el de considerar el sentimentalismo como criterio fundamental para encontrar la verdad. Cualquiera puede darse cuenta de que la verdad va más allá del sentimiento, y sólo a veces éste la alcanza. Esto además de ser de sentido común es verdad revelada, Palabra de Dios recogida en el libro de los Salmos de las Sagradas Escrituras.

El Salmo 21 es una oración que Cristo pronunció tras ser clavado en la Cruz. El "¿Por qué me has abandonado?" es el inicio del salmo, que continúa diciendo: "¡Qué lejos te siento de mis gritos! De día clamo y no respondes, grito de noche y no hay consuelo para mí". Esa es una de las claves para entender lo que Cristo está diciendo en la Cruz: se siente abandonado, no escuchado… Pero ¿es realmente eso lo que está sucediendo? Sí, pero sólo en parte: que Dios calle no significa que ‘no sea’, porque ‘Yo Soy’ es eterno.

Veamos cómo continúa la oración: "Más tú Señor, eres el Santo, tú que vives en medio de tu pueblo. A ti clamaron nuestros padres y tú les ayudaste, en ti confiaban y nunca fueron confundidos. Entonces yo, ¿por qué no me ayudas? ¿Acaso no soy un hombre? Eso soy yo: soy un gusano. Desprecio de la gente, asco del pueblo… ¡Anunciaré tu Nombre a mis hermanos, en medio de la asamblea te cantaré! Los que a Yavé teméis, dadle alabanza. ¡Raza de Jacob, glorificad a Yavé! ¡Temedle, pueblo de Israel! Por que Él ha sido el único que no ha tenido asco de este pobre, ni ha desdeñado la miseria de este mísero… ¡Por eso yo ahora sé que los pobres vivirán! ¡Los pobres comerán, comerán, serán saciados! ¡Los que buscan a Yavé lo encontrarán!"

Cristo se siente abandonado, pero proclama que Dios no le desprecia, que no está en la Cruz porque a Dios le dé asco, sino más bien porque da asco a los demás hombres que, confundidos, abotargados, no saben lo que hacen. Es decir: va más allá del sentimiento porque considera que el sentimiento no es la fuente de la Verdad, sino Dios, que le pone la Verdad de su amor en el corazón. Cristo tiene en su corazón la certeza, más fuerte que el sentimentalismo que le embarga, de que su Padre no le abandonará en la muerte, como dice otro salmo: "Porque no abandonarás mi vida en el sepulcro, ni dejarás que tu santo experimente la corrupción" (Sal 16 [15]).

¿Qué puede tener que ver -en mi opinión- este Salmo 21 con nuestra vida? La Revelación que nos llega a través de la Palabra de Dios en este Salmo 21 nos plantea que el sentimiento ante la adversidad no es lo definitivo, es decir, que uno se sienta atribulado ante la enfermedad que puede conducirle a la muerte no es lo definitivo, porque la Vida Eterna existe, Cristo ha vencido la muerte y la muerte, como en el caso de Cristo, es un paso más, el último, a la entrada en la vida inmortal. ¿Y con la ideología de género? Lo mismo: el sentimiento no es criterio de verdad. Cómo será la cosa que para evitar su influencia uno no puede pertenecer a un tribunal de oposición donde haya un familiar suyo. De igual modo está prohibido que un juez se deje guiar por su sentimiento al dictar sentencia.

El salmista, no obstante el desagarrador panorama que el salmo dibuja, que parece una foto de lo que le pasará al Hijo de Dios, ve aparecer en su corazón la certeza de que su Padre lo ama y no le ha abandonado, aunque sea eso lo que sienta. Esa certeza es más fuerte que sus sentimientos, más fuerte que la muerte. Por extensión a nuestros tiempos en relación con la ideología de género, el Salmo 21 puede considerarse que está sugiriendo a alguien con sexo masculino que se sienta mujer, que no se deje llevar por ese sentimiento -sobre todo atendiendo a lo que le dice la irrefutable realidad científica de su sexo- porque tomar una decisión arrobado por el sentimentalismo puede inducirle a cometer un error. El Salmo 21, que es Palabra de Dios, dice que lo correcto no es lo que sientas.

El Salmo 21 desvela, a mi modo de ver, de dónde proviene en última instancia la propuesta de Von Hildebrand sobre advertir que el sentimentalismo no es la mejor vía para alcanzar la verdad, ante todo en ciertas situaciones extremas a las que uno se puede enfrentar en la vida. Si hay algo que hoy impere en nuestra sociedad desacralizada y descristianizada es el sentimentalismo, del cual uno sólo se puede liberar mediante oraciones a Dios como el Salmo 21.