Día de las Fuerzas Armadas en época del COVID-19
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No están los tiempos para muchas fiestas. Desde hace meses sufrimos la plaga del coronavirus que hasta el momento ha dejado un reguero 27.119 fallecidos y 237.906 contagios. Después de dos largos meses de confinamiento, se está llevando una desescalada con no poca tensión en el tejido social.
Desde el inicio de la pandemia se puso en marcha la Operación Balmis, con el lema: Para salvar vidas, donde nuestros militares, guardias civiles y policías han trabajado en multitud de funciones para garantizar la seguridad, los suministros y la sanidad de los ciudadanos. Estas acciones han sido llevadas a cabo por 177.582 efectivos que han realizado más de 19.000 actuaciones en todas las provincias españolas. Estos datos representan el compromiso de unos hombres y mujeres que anteponen el servicio a España a los intereses personales, escribiendo una página heroica en la historia de nuestro país. Se olvidaron de sí y de familiares y se entregaron por entero a luchar contra el enemigo invisible del Covid-19. Apostaron por la primera línea para salvar la vida de los otros poniendo en riesgo su salud, sin pensar en colores políticos o de credos.
En estos años de la democracia, nuestras Fuerzas Armadas y Cuerpos de Seguridad del Estado han ido ganando prestigio y reconocimiento entre los españoles, por su cercanía a la sociedad, modernización y profesionalización en sus actuaciones tanto en el ámbito nacional como en las misiones internacionales. Ahora, su ascendencia social ha crecido debido a su eficaz y valerosa labor en estos tiempos fatales que vivimos. Siendo un dignísimo referente social admirado por su gloriosa historia y por los éxitos castrenses actuales. Estas instituciones están sustentadas en los valores de la generosidad, humildad, altruismo, abnegación y amor al prójimo que no se pueden reglamentar en una orden de operaciones. Esas virtudes demuestran su humanidad y convicción de que están al servicio del bien común de todos los ciudadanos.
Es pues, razonable y oportuno que una vez al año, nuestra sociedad tenga un gesto de reconocimiento con los hombres y mujeres que tan noblemente sirven a los intereses de la seguridad, independencia, libertad y paz de España (cf. CE, art.8). Por ello, hace 43 años se instituyo El Día de las Fuerzas Armadas, que se celebra alrededor del 30 de mayo, festividad de San Fernando, patrón, entre otros, de los Ingenieros del Ejército y figura gloriosa de nuestra historia. Con idea de acercar las instituciones militares a los diversos pueblos de España, su celebración ha ido rotando por diferentes ciudades y autonomías. Los actos castrenses organizados durante esa semana tienen como fin dar a conocer al pueblo y a la opinión pública la vida ordinaria de nuestros militares, terminándose con un emblemático acto central y desfile militar, donde la gente se echa a la calle para honrar a estos servidores de la Patria.
Este año, nuestro Día de las Fuerzas Armadas se cubre de luto por todos los muertos del coronavirus. Los actos se quedan recluidos en los cuarteles, buques y demás instituciones castrenses. Sin embargo, en el alma del Soldado, está el recuerdo y la oración por los que nos dejaron y por el sufrimiento de tantas familias. Mientras España está de duelo y la Bandera a media asta, en las Vísperas de la festividad de San Fernando sonará la campana del acto castrense a los caídos, retumbarán las salvas de honores por todos aquellos que murieron. Cuando decline la tarde de este día, se celebrará en la Catedral de las Fuerzas Armadas, una Eucaristía en memoria de los militares y civiles fallecidos en el Covid-19, allí resonará el himno que da sentido a este día: La muerte no es el final.
+ Juan del Río Martín
Arzobispo Castrense de España