#EditorialEcclesia: En Navidad, darse uno mismo
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La sociedad del siglo XXI, anclada en los valores del consumismo y el individualismo, podría pensar que no hay ninguna salida ante la situación que vive el mundo con la pandemia y la crisis económica. Parecería que el triunfo sería para la incertidumbre, la confusión, el miedo, la desesperanza. Sin embargo, llega la Navidad y el Niño Dios sigue acampando en las calles y hogares de las ciudades invitando a que cada persona "se la juegue generosamente", a vencer el miedo con la valentía del amor y a superar la pasividad que bloquea convirtiéndola en compromiso. Cuando parecería que la fragilidad tiene la última palabra, aparece la Palabra verdadera, la que sale del hondón del corazón, de las entrañas que Dios habita en cada uno para regalar gratuitamente la esperanza.
San Pablo invita en la carta a los Tesalonicenses a que cada persona mire de frente la realidad sin dejarse contagiar por la indiferencia. "Hay paz y seguridad" (1Tes 5, 3).
Durante la Eucaristía en la Jornada Mundial de los Pobres de este año el Papa Francisco recordaba que durante la Navidad las personas de todas las partes del mundo se afanan por la compra compulsiva y ya habitual de estas fiestas.
"Cuántas veces, la pregunta que mucha gente se hace es: "¿Qué puedo comprar? ¿Qué más puedo tener? Necesito ir a las tiendas a comprar". Digamos la otra palabra, "¿Qué puedo dar a los demás?", para ser como Jesús, que se dio a sí mismo y nació propiamente en aquel pesebre". Esta es la invitación, que hombres y mujeres del siglo XXI se den a sí mismos y den lo mejor de sus entrañas: la experiencia de Dios que sana y salva.