#EditorialEcclesia: Para la paz, la brújula de la Doctrina Social de la Iglesia

#EditorialEcclesia: Para la paz, la brújula de la Doctrina Social de la Iglesia

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Desde el inicio de su Pontificado el Papa Francisco ha querido poner en el centro la cultura del encuentro, como eje de cada una de sus intervenciones y como base importante sobre la que construir una civilización que busca el bien de la persona en todas sus dimensiones. Desde ahí, su ideal es una sociedad que se identifica con el poliedro donde las diferencias no se enfrentan sino que conviven complementándose, enriqueciéndose e iluminándose. A partir de la Evangelii gaudium, Francisco ha insistido en la necesidad de hacer caer los muros para pasar de la cultura del descarte a la del encuentro, tanto dentro de la Iglesia, como en la relación con los creyentes de otras tradiciones religiosas y con aquellos que no son creyentes. La diversidad debe ser motivo de enriquecimiento e invitación a colaborar en todo aquello que busca hacer el bien.

Cuando los católicos estaban en proceso de hacer suyo el nuevo lenguaje del Papa, llegó el coronavirus y la gran crisis mundial que puso sobre la mesa de toda la Humanidad la necesidad de una cultura del cuidado, que es inseparable de la cultura del encuentro. El efecto dramático de la pandemia, sobre todo en quienes son más vulnerables, clama por una conversión personal para dejar que Dios, que se encarna en nuestro mundo, invada con su evangelio las relaciones personales, las políticas sociales, la economía y las relaciones internacionales. En palabras del secretario del Dicasterio para el Servicio de Desarrollo Humano Integral, Bruno-Marie Duffé: "Cuidar no significa solo prestar asistencia, aunque la asistencia y las medicinas sean indispensables, sino también acercarse a los demás, a sus cuerpos y a sus vidas, y escuchar su sufrimiento. La confianza y el diálogo, de hecho, curan de la indiferencia y nos ponen en el camino de un renacimiento y un amor que nos hace crecer, en un mundo en el que existe una fuerte instrumentalización al servicio exclusivo de la producción y el beneficio". Los fundamentos de la cultura del cuidado son los principios de la Doctrina Social de la Iglesia y los criterios e indicaciones concretas son: "La promoción de la dignidad de toda persona humana, la solidaridad con los pobres y los indefensos, la preocupación por el bien común y la salvaguardia de la creación" (Mensaje del Papa para la celebración de la 54 Jornada Mundial de la Paz, 1 enero 2021).

Esta es la brújula de los principios sociales "para dar un rumbo común al proceso de globalización, un rumbo realmente humano". Es la brújula de quien un 27 de marzo, solo, bajo la lluvia, cojeando, en una Plaza de San Pedro solitaria y sin embargo, llena de emoción, recordó al mundo que "estamos todos en la misma barca". Ahora, esta brújula debe concretar las acciones en cada lugar, haciendo coherente el discurso con las legislaciones, la oración con la acción.

Los conflictos internacionales y nacionales son muchos, pero el resultado es el mismo: desunión, destrucción y crisis humanitaria. También la Iglesia española se pregunta con el Papa: "¿Qué ha llevado a la normalización de los conflictos en el mundo? ¿Cómo podemos convertir nuestro corazón y cambiar nuestra mentalidad para buscar verdaderamente la paz en solidaridad y fraternidad?". La cultura del cuidado requiere un proceso educativo que nace en la familia y necesita de la ayuda de la escuela, la universidad y los agentes de la comunicación social. Para el Papa las religiones en general pueden desempeñar un papel insustituible en la transmisión de valores como la solidaridad, el respeto a las diferencias, la acogida y el cuidado de los más frágiles. Por eso, porque en España la Iglesia quiere tender puentes, es tiempo de afrontar el 2021 juntos, unidos en aquello que más une, sin renunciar a la denuncia explícita de leyes que se aprueban sin diálogo en medio de una crisis como la actual. Navidad es tiempo de conversión, también para el Gobierno español. Aún estamos a tiempo de buscar puntos de encuentro, cuidados comunes a través de la paz.