La misa de TVE es un servicio público incuestionable ? editorial Ecclesia

La misa de TVE es un servicio público incuestionable – editorial Ecclesia

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La misa de TVE es un servicio público incuestionable ? editorial Ecclesia

En los primeros días de marzo, una cuando menos atrabiliaria propuesta política de Unidos Podemos volvió a situar a la Iglesia en medio de la polémica. Se trata de que el mismísimo líder de la formación morada registró en el Congreso de los Diputados una proposición no de ley para eliminar la misa católica de TVE. En declaraciones posteriores, el citado mandatario político argumentó que los medios de comunicación públicos no son un espacio "para que se lleven a cabo ritos religiosos de cualquier tipo", ideas en las que también abundó el presidente de Ciudadanos.

La presencia institucional de programas religiosos en RTVE se remota a 1982 y se inserta en el espíritu de los Acuerdos Iglesia-Estado y de la Constitución. Desde entonces, la radio televisión pública mantiene programación religiosa no solo de carácter católico, sino también de otras confesiones (judíos, musulmanes y evangélicos, concretamente, y podrían ser más). Los programas católicos en RTVE no son, pues, ni una excepción ni un privilegio, pues en proporción a su incidencia y peso social en España, otras tres confesiones religiosas disponen también de ellos. Y dichos programas se emiten los domingos en horario matinal y tanto en TVE como en RNE no en el primero o principal de sus canales, sino en el segundo: La de 2 y Radio 5 y Radio Exterior de España, respectivamente.

El servicio público que se ha de exigir a un medio de comunicación público queda así garantizado en aras al desarrollo de uno de los derechos inviolables de una sociedad democrática y de bien, como es el de la libertad religiosa y de culto, y en aras también a la pluralidad y a las demandas de la ciudadanía. Además y como es evidente, a nadie se obliga a ver estos programas, de modo que no solo no se conculca la libertad, sino que se fomenta, máxime en la actual y tan variada y numerosa oferta televisiva en España: quien quiere ve estas emisiones y no quiere no las ve. A nadie se le obliga y a nadie se le debería impedir el ejercicio de un derecho como este. Y es que la aconfesionalidad, prescita por la Constitución, significa que el Estado no toma parte por ninguna confesión religiosa, no que las margina y promueve un Estado confesional y hasta beligerantemente laico.

En relación con la misa dominical de TVE-2 (se transmite todos los domingos y algunos festivos de 10:30 a 11:30 horas, con reportaje previo, desde un tempo católico, de distintos lugares de toda España, lo cual añade innegables valores culturales, turísticos, sociales y de cohesión territorial), bueno será recordar también a Podemos, y de paso a Ciudadanos, que la cuota de pantalla (share) habitual de 2 de TVE se sitúa en torno al 2,5% , porcentaje que cada domingo se ve hasta triplicado con la emisión de "El día del Señor", que cuenta unos 350.000 seguidores y un 7,5% de share (el domingo 12 de marzo hubo ¡1.300.000 telespectadores, el 22% de cuota!) Lejos, pues, de lastar o perjudicar a TVE (la televisión de todos los españoles, también de los católicos), esta emisión la beneficia muy notablemente.

Pero hay todavía más argumentos sólidos y fundamentados (no, por cierto, como los esgrimidos en la propuesta) para avalar y defender la misa en TVE. Uno de ellos es muy sencillo y que deberían tener especialmente en cuenta quienes se intitulan y erigen en defensores de los más débiles, vulnerables y marginados. Nos referimos a la audiencia muy mayoritaria de "El día del Señor": enfermos, ancianos, impedidos y familiares y cuidadores de estos. ¿No se atropellaría su dignidad y el respeto y cariño sagrados que merecen?, ¿no se les abocaría a una marginalidad y olvido, de procedencia, en este caso, para mayor ensañamiento, público?, ¿por qué razón hay que privar a estas personas, a estos ciudadanos, de un derecho que ejercen libremente y sin molestar y sin imponer a nadie?, ¿precisamente por ser más débiles?, ¿precisamente por ser católicos?

A este nuevo despropósito, que siembra innecesaria crispación, frentismo, malestar y confusión y perjudica a la concordia, se ha sumado la reciente prohibición a los bomberos del ayuntamiento de Zaragoza (regido también por Podemos-IU) de celebrar su tradicional misa en honor de su patrón, el grandísimo san Juan de Dios. ¡Qué verdad es aquella frase bíblica de que por sus obras los conoceréis!