El rico Epulón y el pobre Lázaro
Esta parábola nos hace pensar en cómo soy sensible para los demás. ¿Qué hago con el sufrimiento, con las preocupaciones de los que me rodean?
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Qué gran lección me das hoy, Jesús, y me llamas a que sea sensible y a preocuparme por los demás. Esta pictórica parábola de este hombre rico que vivía de fiesta en fiesta, que vestía de púrpura y lino, que se celebraba todos los días grandes fiestas, estaba inmerso en sí mismo, vivía de su riqueza, era insensible hacia los demás. Y este pobre Lázaro, un ser quizás anónimo, pero que tiene nombre y está a la puerta de este hombre… Y no se sensibiliza con nada, ni con sus llagas, ni con su hambre, ni con nada.