El auto de los Reyes Magos, por Fidel García Martínez

El auto de los Reyes Magos, por Fidel García Martínez

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El auto de los Reyes Magos, por Fidel García Martínez

La festividad de la Epifanía, popular Reyes Magos, tal como siempre se ha celebrado en España durante siglos ha dado origen al gran teatro español. Hoy algunas cabalgatas que se han puesto de moda desde que los políticos laicistas y reaccionarios controlan algunos ayuntamientos con tanto ignorancia como provocación, son un puro disparate esperpéntico que nada tiene que ver con la que significa la Epifanía: la manifestación de Natividad a los pueblos gentiles representado en los tres personajes misteriosos representados por Los Magos y cuyos nombres tuvieron gran importancia en Asturias, pues nuestro más ínclito prócer lleva dos de sus nombres, Melchor Gaspar de Jovellanos, quien celebraba su onomástica con notable piedad ilustrada

La primera manifestación teatral de la que existe documento literario es el Auto de la Reyes Magos de autor desconocido. Se trataba de un canto dialogado, intercalado en un texto litúrgico; llegó a convertirse en un auténtico breve y sustancial drama religioso, que se representaba en el Ciclo litúrgico de Navidad por sacerdotes y dentro de las iglesias, con una escenografía muy elemental.

El auto de la Reyes Magos es la única obra religiosa de la que se tiene documentación anterior al siglo XV. El sistema lingüístico corresponde al del siglo XII. Sólo se conservan unos pocos veros muy representativos. Su configuración dramática es muy elemental, muy expresiva. Aparecen dialogando los tres reyes Melchor, Gaspar y Baltasar. Todos afirman haber visto la estrella maravillosa y se deciden seguirla hasta llegar a encontrar al Niño Dios. Emprenden un fatigoso viaje en el que se encuentran con el terrible rey Herodes a quien confiesan el porqué de su extraño viaje. Herodes confundido y temeroso consulta sus astrólogos y sabios judíos para saber a qué tenerse y evitar como sea que su reinado caiga en manos de un rey extranjero. El fragmento concluye, con la discusión de rabinos que dudan de lugar del nacimiento del Niño Rey. El autor del anónimo texto medieval describe perfectamente los personajes con sus dudas y escepticismo, así como el terror de Herodes y las mentiras de los rabinos judíos. Los magos después de numerosas dudas y cavilaciones siguen el mensaje de la estrellan y se ponen en camino. Las escenas dramáticas están logradas con habilidad y con dinamismo dramático muy logrados a pesar de una técnica dramática muy elemental. Uno de los momentos cumbre del Autor del Reyes, es cuando Baltasar con su astucia convence a Melchor y Gaspar para que se ponga en camino para ir adorar al Niño:

¿Deseáis bien saber cómo es esto, los sabremos?/ Oro, mirra, incienso a él ofreceremos/ Si fuese de la tierra rey, el oro querrá/ si fuese hombre mortal, la mirra tomará/ Si Rey Celestial de esta dejará, elegirá el incienso, que digno de él será//

A los que responden Gaspar y Melchor. ¡Marchemos ya, y así lo hagamos!

Fidel García Martínez Catedrático Lengua Literatura Doctor Filología Románica

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