Carta de las monjas cistercienses de Buenafuente del Sistal, 3 de octubre de 2017
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Monasterio Cisterciense Madre de Dios, Buenafuente del Sistal, 3 de octubre de 2017
Queridísimos amigos: Con el buen sabor en la boca del Día de la Amistad, nos reencontramos esta tarde en la oración. En el tradicional concierto, nos deleitó un coro muy especial, formado por nuestros amigos más jóvenes. A todos ellos, a quienes les ayudaron y a sus familias les damos las gracias de todo corazón. Ciertamente somos una Comunidad muy privilegiada y uno de los motivos es por los grandes Amigos que nos ha regalado el Señor.
Para nosotras, el verano que ha finalizado ha sido intenso, gracias a Dios. Y a la vez hemos vivido, como siempre, que Dios ha provisto todo lo que hemos necesitado. Lo mejor, la ayuda de muchas personas que han colaborado con su esfuerzo y nos han aliviado en nuestra carga de trabajo. El Señor nos ha cuidado como a las niñas de sus ojos y a la sombra de sus alas nos ha escondido del enemigo mortal, del Tentador, que ha querido cercarnos: con el cansancio, el calor, los sucesos imprevistos, las incomprensiones, la soledad, la escasez de agua?. (cf. Sal 17, 8-9). Finalmente, por su inmensa misericordia, hoy podemos cantar con el salmista: "El Señor es mi fuerza y mi energía, Él es mi salvación (Sal 117,14).
En el verano, también a nosotras nos llegan las rebajas; el tiempo dedicado sólo para Dios lo vamos recortando según avanzan los días y se acumula el cansancio. Aun así, la generosidad del Señor ha sido grande. La ayuda del pan de la Palabra y la Eucaristía diaria, enriquecida por los numerosos sacerdotes, seglares y religiosos con los que hemos compartido la liturgia; los que están siempre con nosotras y los que han pasado unos días aquí. De ellos, hoy queremos recordar al Ilmo. y Rvdmo. Sr. D. Alfonso Millán, Obispo Emérito de Barbastro-Monzón. En su paso por Buenafuente del Sistal, para dar ejercicios espirituales a los sacerdotes, ha dejado huella y no sólo en los ejercitantes, sino en todos los que cada día escuchamos su sencilla y enjundiosa predicación.
Ahora, ya en la vuelta al tiempo ordinario, nos preparamos para nuestros ejercicios espirituales. Si Dios quiere los comenzaremos el próximo sábado 7 y nos los dirigirá el Rvdo. Sr. D. Adolfo Chércoles, el jesuita que muchos conocéis.
Nos encomendamos a vuestra oración, especialmente en los días de los ejercicios, para que. como dice el salmo, "Si hoy escucháis mi voz, no endurezcáis vuestro corazón" (Sal 94). Finalizamos juntos dando gracias al Señor por todos los bienes que nos da en este rincón del Sistal, donde la fuente de su Espíritu y de su Palabra es el maná que nos alimenta en el desierto de la vida.
Agradecidas por la Comunión en la oración
vuestras hermanas de Buenafuente del Sistal