Católicos y científicos: Emilia del Pardo Bazán, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
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Católicos y científicos: Emilia del Pardo Bazán, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
Hoy Google dedica su página de inicio a esta gallega por el 166 aniversario de su nacimiento en La Coruña, el 16 de septiembre de 1851. Fue una noble y aristócrata novelista, periodista, ensayista, crítica literaria, poeta, dramaturga, traductora, editora, catedrática y conferenciante española introductora del naturalismo en España, precursora de los derechos de la mujer y el feminismo, además de católica practicante toda su vida.
Con más intensidad que lo hiciera el católico Joaquin Costa, y más o menos con la misma que lo hicieran el padre Manjón y san Pedro Poveda, reivindicó la instrucción de las mujeres como algo fundamental y dedicó una parte importante de su actuación pública a defenderlo.
Gran amiga de Francisco Giner de los Rios, el influjo de los krausistas la empujó a lectura de los místicos y de Kant, y éstos, a su vez, la condujeron hasta Descartes, Santo Tomás, Aristóteles y Platón. Colaboró con numerosas revistas y periódicos, con crónicas de viajes, artículos, ensayos y numerosísismos cuentos que agruparía en varias colecciones. . En 1908 comienzó a utilizar el título de Condesa de Pardo Bazán, que le otorgó el monarca católico Alfonso XIII en reconocimiento a su importancia en el mundo literario. El 12 de mayo de 1921, una complicación con la diabetes que padecía le provocó la muerte. Al día siguiente, siendo enterada al día siguiente en la cripta de la iglesia de la Concepción de Madrid. Una relación de su extensisima obra puede consultarse.
González Herrán presentando a Pardo Bazán en relación al naturalismo señala que en "Apuntes autobiográficos" (1886), declaró que en él examina "la estética naturalista a la luz de la teología, descubriendo y rechazando sus elementos heréticos, deterministas y fatalistas, así como su tendencia al utilitarismo docente, e intentando un sincretismo que deja a salvo la fe" (O. C., III, pp. 722-723). Al considerar su relación con Zola dice que en el capítulo segundo de "La cuestión palpitante" señalaba las grandes limitaciones del pensamiento de Zola: su visión materialista del hombre y su concepción utilitaria de la novela. Lo primero le parecía radicalmente condenable desde el pensamiento cristiano ("Escribir como si Cristo no hubiese existido, ni su doctrina hubiese sido promulgada jamás, fue el error capital de la escuela", diría en su libro de 1914, pp. 112-113).
De las creencias de Pardo Bazán no se dice nada. Esta faceta de su persona se silencia para que encaje en el mito que el laicismo quiere crear a partir de ella. Tampoco se dice nada sobre el comentario que Manuel Bartolomé Cossío (1857-1935), presidente del Patronato para las Misiones Pedagógicas que se pusiera en marcha en la II República copiando las ideas del también católico regeneracionista Joaquín Costa, pronunció al saber que a la Pardo Bazán le habían hecho catedrática universitaria "Mi felicitación, pues ya que a Vd. le gusta ?yo creo que en Vd. es mal gusto- ir a la Universidad?"(En *Jiménez Fraud, A. 1987.Residentes, semblanzas y recuerdos. 47-48). Refiriéndose a la enseñanza de profesores masculinos Cossío diría: "?la relativa inferioridad de la mujer la impide tomar esta participación en la enseñanza de los maestros?"(En *Jiménez Fraud, A. 1987.Residentes, semblanzas y recuerdos. 47-48). A pesar de ser licenciado en Filosofía y Letras e Historia de las Bellas Artes y Arqueología, le bastó ser discípulo de Giner de los Ríos para ser considerado un gran pedagogo.
Entre su obra literaria una de las más conocidas es la novela ?Los pazos de Ulloa? (1886).
En todas sus obras incorporó sus ideas acerca de la modernización de la sociedad española, sobre la necesidad de la educación femenina y sobre el acceso de las mujeres a todos los derechos y oportunidades que tenían los hombres.
En todas sus obras incorporó sus ideas acerca de la modernización de la sociedad española