Católicos y científicos: Jose Moscati, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC

Católicos y científicos: Jose Moscati, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC

Alfonso V. Carrascosa

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Católicos y científicos: Jose Moscati, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC

Jose Moscati (1880-1927) es uno de esos científicos santos, canonizado, y a la vez no muy conocido, algo que no les pasa por ejemplo ni a san Alberto Magno, ni a san Isidoro de Sevilla, etc. Lo sugerente es que se trata de un científico contemporáneo, que ejerció la medicina con una enorme vocación caritativa, nacida de sus creencias religiosas católicas. Hay mucha información sobre él en Catholic.net y Wikipedia, etc. de la que extraigo algunos aspectos.

Estudió medicina y se graduó con las mejores calificaciones. De misa y comunión diaria, antes de su trabajo en el hospital, visitaba a los enfermos pobres, a quienes se dedicaba con predilección, como la Iglesia Católica recomienda a todos los bautizados. Cuentan que en los últimos años de su vida, al no poder visitar a un anciano pobre enfermo, le indicó que todos los días fuera a desayunar al café situado junto a la iglesia donde acudía diariamente a misa, y el día que no iba entonces se acercaba a su casa. Nunca les cobró dinero, ni hizo notoria tal actitud . Tras su muerte, su hermana dio todo su dinero a los pobres.

Arriesgó su vida para cuidar enfermos en la erupción del Vesubio en 1906, durante la epidemia de cólera de 1911 en Nápoles, hasta que en 1911 fue nombrado director del Hospital de Incurables. También se le encomedó la formación de los estudiantes de medicina, a los que decía: "Ama la verdad; muéstrate cual eres, sin fingimientos, sin miedos, sin miramientos. Y si la verdad te cuesta persecución, acéptala; y si tormento, sopórtalo. Y si por la verdad tuvieras que sacrificarte a ti mismo y a tu vida, sé fuerte en el sacrificio". Murió el 12 de abril de 1927, con la salud bastante quebrantada.

Defendió la compatibilidad ciencia y fe. Fue pionero en el campo de la bioquímica, investigando en cuestiones relacionadas con el descubrimiento de la insulina. Se graduó con honores con una tesis sobre "Urogénesis de Hígado".

Un médico contemporáneo suyo, el doctor Vincenzo Adinolfi, decía "El Prof. Moscati no cultivaba las ciencias médicas para el uso comercial, pero si para el alivio y consuelo a su espíritu noble, de igual manera tuvo el consuelo del culto religioso: Con la firme intención de ayudar por igual a los pobres y a los ricos,se enorgullecía de cómo llegaba a él la bendición de los Cielos". Llegó a decir, muy en la línea de lo que Benedicto XVI apuntaba en Charitas in veritate, donde presenta que la verdadera cuestión social de la Iglesia es la Caridad, dado que en el mundo lo que más hay son indigentes de amor, que: "Ejercitemos cotidianamente la caridad. Dios es caridad. Quién está en la caridad está en Dios y Dios está en él. No nos olvidemos de hacerlo cada día, de hecho, en cada momento, ofrecer nuestras acciones a Dios haciéndolo todo por amor".

El cardenal Ascalesi, con Moscati de cuerpo presente, dijo: ?"El doctor pertenecía a la Iglesia; no a aquella de quienes sanó el cuerpo, sino de la de quienes salvó el alma y que salieron a su encuentro mientras subía al cielo"?. Fue beatificado en 1975 por el papa Pablo VI. En vista de la canonización es examinada la curación de una leucemia (mielosis aguda mieloblástica) del joven Giuseppe Montefusco, ocurrida en 1979. Después de largos exámenes, finalmente en el consistorio del 28 de abril de 1987 el Papa Juan Pablo II fija la fecha de la canonización para el 25 de octubre del mismo año. Ese dia dijo de él:

Por naturaleza y vocación, Moscati fue ante todo y sobre todo el médico que cura: responder a las necesidades de los hombres y a sus sufri­mientos fue para él una necesidad imperiosa e imprescindible. El dolor del que esta enfermo llegaba a él como el grito de un hermano a quien otro hermano, el médico, debía acudir con al ardor del amor. El móvil de su actividad como médico no fue, pues, solamente el deber profesional, sino la conciencia de haber sido puesto por Dios en el mundo para obrar según sus planes y para llevar, con amor, el alivio que la ciencia médica ofrece, mitigando el dolor y haciendo recobrar la salud. Por lo tanto, se anticipó y fue protagonista de esa humanización de la medicina, que hoy se siente como condición necesaria para una reno­vada atención y asistencia al que sufre.

Juan Pablo II, Homilía en la Ceremonia de Canonización del Doctor José Moscati, 16 de octubre de 1987.