Celebramos a Madre Mariana, por fray José Borja

Celebramos a Madre Mariana, por fray José Borja

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Celebramos a Madre Mariana, por fray José Borja

María Ana Allsopp nace el día 24 de Noviembre de 1854, en la ciudad de Tepic (México) donde su padre ejercía la carrera diplomática. Es la segunda de cinco hermanos, que crecen felices rodeados del amor de sus padres y de una educación cristiana impregnada de alegría y confianza. Pero un suceso inesperado abre un nuevo cauce a su vida: cuando sólo tiene ocho años muere su madre: Poco después tiene que abandonar la tierra que la vio nacer.

Su padre, don Juan Allsopp, decide que María Ana y sus cuatro hermanos se trasladen a Madrid donde podrán recibir una educación esmerada junto a la familia de su madre.

La separación de su padre y de su tierra dejan en María Ana una huella importante. Pero los años siguientes, hasta su juventud, van a transcurrir en un hogar feliz. Mariama recuerda con cariño hermosos episodios de su adolescencia y juventud vividos en "la casa de la alegría" con sus hermanos, sus primos, su abuela y sus tíos.

Por los cargos que desempeñaba su padre, y el lugar que en Madrid ocupa la familia de su madre a los 21 años es presentada en Palacio una vez restaurada la Monarquía. A partir de entonces acude a las fiestas de la alta sociedad con naturalidad y gran desapego. Es simpática, risueña y sobre todo muy personal. Destaca por su libertad frente a las expectativas que en su entorno tienen para ella. También destaca por su belleza, su gracia, su equilibrio temperamental y su gran personalidad.

La belleza y simpatía de María Ana tuvieron grandes admiradores y ella no les correspondió. Esquivó siempre el noviazgo. La escusa que ponía cuando insistentes le preguntaban por qué no se comprometía, era que la asustaba del matrimonio la idea de cansarse del hombre que llegara a ser su marido.

En realidad había nacido para otro tipo de matrimonio, más universal, con una maternidad ilimitadamente fecunda.

El atractivo de María Ana era centro de atención para muchos jóvenes que deseaban alcanzar la atención de tan admirable joven.

Tenía muchas amigas, pero una de ellas fue muy especial: María, la Virgen Madre, Maestra y AMIGA

En su infancia la adopta como Madre, en su juventud la siente también como amiga, y en su madurez acude a ella como Maestra y guía de su alma. A ella le confió siempre sus más íntimos deseos.

Foto: Madre Mariana (izquierda) con su hermana Rosario (Derecha)

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