Ciencia y fe: Sara Salviander, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
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Ciencia y fe: Sara Salviander, por Alfonso V. Carrascosa, científico del CSIC
Tiene su propia web personal. Investigadora del Departamento de Astronomía de la Universidad de Texas y profesora de Astrofísica de la Universidad de Southwestern, nació en Estados Unidos, pero fue criada en Canadá por padres ateos, y su visión del cristianismo era muy negativa: parecía hecho para los "débiles y los necios", aunque realmente como la práctica totalidad de nuestros enemigos, no saben nada sobre él.
Ha contado ella que en su niñez Canadá era ya un país post-cristiano. "Es increíble cómo durante los primeros 25 años de mi vida sólo conocí a tres personas que se identificaran como cristianas. Mi visión del cristianismo era muy negativa y mirando atrás me doy cuenta de que era debido a que absorbí la hostilidad general e inconsciente hacia el cristianismo, algo común en Canadá y Europa". En su camino hacia la conversión al cristianismo, influyeron mucho los cristianos que fue conociendo, alegre e inteligentes, entre compañeros de estudios y profesores de alto nivel académico, lo que hizo que su hostilidad contra el cristianismo fuera disminuyendo: "Por primera vez en mi vida conocí a personas cristianas. Eran alegres, felices e inteligentes, y descubrí que los profesores a quienes admiraba también eran cristianos?". En paralelo se fue desilusionando del racionalismo y su falta de capacidad para responder a las preguntas importantes de la vida. Ella se refugió en la física y las matemáticas, y cuando recibió una beca de investigación y se unió a un grupo que estudiaba el Big Bang, esto le impresionó mucho: "Cuando comencé a estudiar el nacimiento del universo mediante una beca, me hizo sentir un orden subyacente. Se despertó en mí lo que el Salmo 19 dice: ?los cielos cuentan la gloria de Dios; y el firmamento anuncia la obra de sus manos. Es allí donde comprendí realmente que Dios existe y que el concepto de un Creador no era tan filosóficamente trivial como yo había pensado".
Luego leyó ?La Ciencia de Dios?, de Gerald Schroeder, físico del prestigioso MIT y teólogo, y se abrió al teísmo sin dejar de investigar y formarse como astrofísica:. "Estaba intrigada por el título pero algo me impulsó a leer, tal vez la nostalgia de una conexión más profunda con Dios. Todo lo que sé es que lo que leí ha cambiado mi vida para siempre".
El último año de carrera conoció a otro estudiante, finlandés que al igual que ella había crecido en un ambiente ateo. Pero a diferencia suya él ya había encontrado la fe en Jesús. Ese joven es ahora su esposo. "A pesar de que yo no era religiosa, me sentí reconfortada al casarme con un hombre cristiano". Ella y su esposo Dave son cristianos evangélicos y asisten a la Iglesia Bíblica de Hill Country (Austin, Texas).
En cuanto a la acción de Dios en su historia y en su corazón enfermó de cáncer, su esposo sufrió también una enfermedad grave y su bebe de seis meses murió. Cuenta ella que la muerte de Ellinor fue "la pérdida más devastadora de mi vida. Me llevó a la desesperación hasta que tuve una visión clara de nuestro niño en los brazos amorosos de su Padre celestial; solo entonces encontré la paz". Había finalmente encontrado la paz y la fe en ese Padre, la relación con su esposo estaba mejor que nunca y su fe era real.
Ahora es una apologeta: siendo profesora universitaria e investigadora, además de cristiana junto a su esposo Dave, demuestra al mundo que se puede ser científica y cristiana a la vez.
"Me he dado cuenta que la atracción que siempre he tenido hacia el espacio no era más que un deseo intenso de conexión con Dios. Nunca olvidaré a un estudiante, poco tiempo después de mi conversión que se acercó y me preguntó si era posible ser científico y creer en Dios. Le dije que sí, por supuesto. Le vi visiblemente aliviado y me dijo que otro profesor le había respondido de manera bastante negativa".