La cuarta Navidad que Asia Bibi pasará en la cárcel, por Teresa García-Noblejas
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El jueves 13 de diciembre asistí al encuentro que se celebró en la Basílica de la Merced de Madrid con Asiq y Sidra Mashi, marido e hija de Asia Bibi, una mujer católica pakistaní encarcelada desde hace tres años, acusada de blasfemia y madre de 5 hijos.
Tras la Misa ha tenido lugar el encuentro, en el que han intervenido brevemente un representante de la Fundación Renaissance Education (que ayuda a la familia de Asia Bibi por petición expresa de esta), Javier Menéndez Ros, director de Ayuda a la Iglesia Necesitada e Ignacio Arsuaga, presidente de Hazteoir, la organización promotora del viaje de la familia Mashi a España con motivo de la entrega de un premio a Asia Bibi. En la mesa se encontraba también un religioso
mercedario de la comunidad de la Basílica.
Me quedo con algunas pinceladas de este impresionante acto: Arsuaga iba formulando preguntas que había hecho la gente y una persona traducíaal urdú para que Asiq y Sidra pudiesen contestarlas: ¿Cómo es la vida deAsia Bibi en la cárcel? Ella no sale en todo el día de una pequeña celda.
Se sostiene gracias a la oración, no tiene a nadie más en todo el día, solo a Jesús. ¿Por qué pide asilo político la familia? Es obvio, contesta la hija, porque si mi madre sale de la cárcel la matarán. Y es que incluso la familia de Asia Bibi ha sufrido un atentado cuando se dirigían a verla. "Esta mañana", explica Arsuaga, "hemos tenido una entrevista en el Ministerio de Asuntos Exteriores, que se ha comprometido a trabajar en el asunto". Me suena a fórmula diplomática de burócratas del Ministerio pero el marido de Asia Bibi ha salido esperanzado de la reunión, pidiendo oraciones y acciones para que toda la familia venga a residir a España.
El momento más emocionante del encuentro ha sido cuando Arsuaga ha leído una pregunta dirigida a Sidra, la hija de Asia: ¿Cómo es tu madre? El traductor hace su trabajo y la chica contesta: Mi madre está bien. Arsuaga insiste en que si puede dar algún detalle de cómo es su madre; se hace un silencio y la gente empieza a aplaudir mientras Sidra Mashi se seca las lágrimas. Finalmente, recuperando la compostura, afirma con fuerza que el coraje de su madre es mayor que el de toda la familia mientras su padre asegura que la fe de Asia se ha fortalecido en prisión. En algún momento recuerdan que le ofrecieron liberarla si se convertía al islam. Pero ella no quiso perder lo único que tenía: su fe en Jesucristo.
A todo esto, la Basílica de la Marced tiene sobre el altar un alto relieve moderno y enorme en el que se entrecruzan cadenas de presidiario, haciendo referencia al carisma de los religiosos mercedarios de liberar presos. Ningún escenario más adecuado para este encuentro, cuando una mujer está encarcelada por ser cristiana. El detalle no pasa desapercibido a Javier Menéndez Ros, que nos invita a rezar un avemaría a todos los presentes, y en especial al marido y a la hija de Asia Bibi, que rezan la oración en urdú rodeados del silencio orante de los presentes.
Y esto es todo. En el Año de la Fe, en vísperas de la cuarta Navidad que Asia Bibi pasará en la cárcel.
Teresa García-Noblejas