Discípulos fieles, misioneros creativos

Aunque ha reducido su número de actos públicos en este mes de julio, entre ellos las audiencias de los miércoles, el Papa sigue manteniendo algunos encuentros. Esta semana, por ejemplo, su recepción a los participantes en el Capítulo general de la Sociedad del Verbo Divino. En un mundo herido por los conflictos y la violencia Francisco les pedía tres tareas imprescindibles para llevar el Evangelio que, de una u otra forma, todos podríamos intentar aplicar para llevar a cabo también esta misión. Hablaba el Pontífice de la fidelidad, la creatividad y la sinodalidad en la que todos se sientan escuchados y acogidos.

Él atrae los corazones y nos llama a la misión

Digamos algo de cada una de ellas. De la primera, la fidelidad, bien sabemos que no hay aute?ntica relacio?n humana sin lealtad y fidelidad. Y, sin embargo, son numerosas las tentaciones que pueden hacernos faltar a ella. La soberbia, la vanidad, los temores y prejuicios, las maledicencias. Pero Dios siempre nos espera más allá de nuestras miserias.

Todo ello está relacionado con esa segunda misión, la creatividad. Francisco ha bromeado en alguna ocasión al decirnos que el Señor no nos ha dejado folletos teológicos ni un manual pastoral para aplicar, sino el Espíritu Santo; una creatividad, por tanto, que no es autorreferencial sino que viene del Espíritu. Es Él quien atrae los corazones y nos llama a la misión que estamos llamados a llevar a cabo con creatividad y sencillez. En este sentido, el Santo Padre ha acuñado el término fidelidad creativa que pasa por romper los esquemas aburridos en los que pretendemos encerrar a Jesucristo.

La Iglesia tiene que ser lugar de misericorida gratuita

Una fidelidad que tiene, además, como hoja de ruta la Misericordia. En Evangelii Gaudium nos recuerda que la Iglesia “tiene que ser el lugar de la misericordia gratuita, donde todo el mundo pueda sentirse acogido, amado, perdonado y alentado a vivir según la vida del Evangelio.

Y la última tarea, la sinodalidad, el estilo de la Iglesia para el siglo XXI, de la que conviene recordar que no es una moda, sino que

En definitiva, se trata de promover

De esta forma es como podremos convertirnos en discípulos fieles y misioneros creativos, en clave sinodal.