Florecillas desde Fátima, por Ángel Moreno de Buenafuente
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Una vez más, he tenido el privilegio de rezar en la capilla de las apariciones de Fátima, ante la imagen de la Virgen.
En el camino desde Lisboa hasta el Santuario, en compañía de una personas amigas, les fui recordando, cómo hace 25 años, y ellas eran testigos, cuando en Buenafuente teníamos dificultad con la creación de una comunidad de sacerdotes, al llegar a Fátima sentí muy fuerte, dentro de mí: "No tengas miedo, yo lo haré".
Y como recuerdo de esa experiencia, pusimos a la entrada de la casa, donde vivimos los sacerdotes, un azulejo en memoria de aquel momento.
Hace cuatro días, en el acompañamiento a un sacerdote, que vive momentos de dificultad, al concelebrar con él la eucaristía, me di cuenta que el mantel que cubría el altar tenía bordada la imagen de la Virgen de Fátima. En la acción de gracias, le comenté mi experiencia y le animé a que no tuviera miedo. Le prometí recordarle en mi próxima visita al santuario de la Virgen.
Hoy, 15 de enero, cuando daban las 12 del mediodía, entrábamos en la explanada de la basílica y de la capilla de las apariciones, y mi emoción y sobresalto, al tiempo de sentir un gozo interior muy profundo, se agolparon, cuando leí en el gran frontal de la escalinata de la basílica y con letras muy grandes: "NO TENGÁIS MIEDO", e interpreté, una vez más, la entrañable mediación de la Virgen, que me confirmaba en la actitud que debemos tener, quienes por gracia sentimos el don de la fe.
Le di gracias a Nuestra Señora por su fidelidad, e intuí que, al igual que ha sucedido en Buenafuente, donde desde hace 25 años permanece la comunidad de sacerdotes, también sentirá fuerza y ayuda el sacerdote con quien compartí la florecilla. Hay hechos que superan el ser casuales, y se convierten en verdaderos destellos de la Providencia.
Desde Fátima os invito a confiar siempre en el Señor: "No tengáis miedo". He rezado por todos vosotros, especialmente por quienes me confiáis de manera especial que lo haga.
¡Cómo ayuda saber que no estamos solos!