La historia antes y después de Cristo
Madrid - Publicado el - Actualizado
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A pesar de la Cristofobia que el laicismo intolerante y reaccionario quiere imponer en toda Europa suplantando las grandes creaciones artísticas como son los belenes históricos y la gran música cristiana por toda clase de ruidos y mitologías neopaganas, la historia aún se divide teniendo como referentes el antes y después de Cristo (aC-dC).
Eso es lo que proclama la iglesia Católica desde tiempo inmemorial e imperial cuando proclama la famosa Calenda de Navidad en la Noche Buena, que se inicia así: Habiendo pasado miles de años desde que, al principio Dios creó el cielo y la tierra, asignándoles un progreso continuo a través de los tiempos, quiso que las aguas produjeran un pulular de vivientes y pájaros que volaran sobre la tierra. Miles de años, desde el momento en que Dios quiso que aparecieran el hombre y la mujer hechos a su imagen y semejanza, para que cuidaran la maravilla del mundo y al contemplaran la grandeza de la Creación, y alabaran en todo momento al Creador.
Miles y miles de años, durante los cuales los pensamientos del hombre, inclinados siempre al mal, llenaron el mundo de pecado hasta el punto que Dios decidió purificarlo con las aguas torrenciales del diluvio. Hacia unos 2.000 de Abraham, padre de los creyentes, se dirigió a la tierra prometida, obedeciendo la voz de Dios. Hacia unos 1.250 años que Moisés libró a los hijos de Abraham de la esclavitud de Egipto. Hacia uno 1.100 años que David, fue ungido como el gran rey de Israel. Hacia unos 700 años de la deportación del pueblo de Israel por los caldeos a Babilonia, durante este tiempo el pueblo de Israel aprendió a esperar un Salvador que los librara de la esclavitud y la llegada del Mesías prometido por los profetas para instaurar un nuevo orden de paz, justicia, amor y libertad.
Finalmente durante la 94 olimpiada griega, el año 752 de la Fundación de Roma, el año 14 del reinado del emperador Augusto, cuando en el mundo entero reinaba una paz universal, hace unos 2019, en Belén de Judá, pueblo humilde de Israel, ocupado entones por los romanos, en un pesebre, porque no tenía sitio en la posada, de María Virgen, esposa de José, de la casa y familia de David, nació Jesús, Dios eterno, Hijo del Eterno Padre, y hombre verdadero, llamado Mesías y Cristo, que es el salvador que los hombres esperaban. Él es la palabra que ilumina a todo hombre, por el fueron creadas al principio todas las cosas; él, que el camino, la verdad y la vida, ha acampado, pues entre nosotros. Esta es sin duda la mejor noticia de todos los tiempos de los pasados y de los venideros, por Navidad es fiesta llena de alegría y de esperanza.
Fidel García Martínez
Catedrático Lengua Literatura Doctor Filología Románica